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domingo, 24 de marzo de 2013

PATRIA GRANDE

 
 
América hispánica: la larga marcha hacia la unidad
 
Este interesantísimo texto que publicamos es una versión extendida de la entrevista que, en versión reducida, ha sido publicada por la revista parisina Nouvelle Revue d'Histoire [65, marzo-abril 2013].
 
Arnaud Imatz : Hispanoamérica ha sido siempre objeto de ambiciones por parte de las grandes potencias.
 
Uno de los primeros ejemplos de injerencia de vasta envergadura es el sitio de Cartagena de Indias en 1741, donde el almirante vasco Blas de Lezo rechaza los sucesivos asaltos durante tres meses de una armada anglo-norteamericana de 180 navíos y 24.000 hombres, comandado por el almirante Vermon ayudado por el medio hermano del futuro presidente de los Estados Unidos, Lawrence Washington.
 
Entre 1806 y 1807 los habitantes de Buenos Aires sufren dos invasiones inglesas que son rechazadas. En 1833 los británicos ocupan por la fuerza las islas Malvinas. Así mismo los años 1820-1830 están marcados por el comienzo del expansionismo norteamericano. México por citar solo un caso, se ve obligado a ceder el 50% de su territorio entre 1836 y 1848...

Luego de dos siglos de intervenciones anglosajonas, un buen número de historiadores hispanoamericanos comienzan a interrogarse sobre los orígenes de las naciones iberoamericanas y a cuestionar los análisis convencionales de las largas y sangrantes guerras de la independencia (1810-1825), engendradas por la ocupación francesa de España y por las olas revolucionarias europeas.

¿Comparte Ud. la interpretación clásica según la cual se trata antes que nada de «guerras de liberación nacional »?

¿O a la inversa, ve Ud. en ellas resistencias criollas y populares (a menudo, con el apoyo de la mayoría negra e india) contra la secesión hispanoamericana?

¿O en otros términos, guerras civiles intra-americanas financiadas por los ingleses que buscaban la destrucción del Imperio español en beneficio del Imperio británico y del mundo anglosajón?

Alberto Buela: La guerra de la Independencia americana respecto de España fue una «guerra civil» alentada por los ingleses para quebrar el imperio español en América y así sacar provecho comercial de todo ello. Y así ocurrió y así sigue ocurriendo, ¿o acaso los ingleses no siguen instalados cómodamente en territorios propios como Malvinas, Belice y Guyana, así como en todos nuestros gobiernos trabajando de asesores o formando grupos de presión?

Afirmamos que fue una guerra civil porque en ambos lados hubo españoles, criollos, negros e indios. Es más la población indígena estuvo mayoritariamente del lado español.

Pensar la guerra de la Independencia americana como una guerra de liberación es una de las tantas falacias a las que nos han sometido «los productores de sentido» de las cosas que ocurren en este mundo.

Antes de seguir con esta entrevista me parece importante aportar algunas precisiones semánticas. Para designar América central y del sur y a sus habitantes, los autores europeos tienen por costumbre utilizar los términos de América Latina y latinoamericanos, dejando reservado el término Americano para los estadounidenses. Ud. rechaza absolutamente estos conceptos y prefiere usar los de América hispana y hablar de hispanoamericanos, o bien de América ibérica y de iberoamericanos. ¿Por qué?
 

Primero, y antes que nada, porque propiamente hablando, latinos son sólo los habitantes del Lacio en Italia. Segundo, porque el concepto de latinidad es una creación ideológica de Michel Chevallier, el economista, consejero de Napoleón III, para intervenir con legitimidad en la América española.

Y tercero, porque lo latino no nos define a nosotros, que no somos «ni tan españoles ni tan indios» sino hispano-criollos. Producto de una cultura de síntesis o simbiosis entre dos cosmovisiones que se han imbricado produciendo al hombre americano actual. Nosotros, los criollos, como muy bien afirma el historiador chileno Pedro Godoy somos el hombre genuinamente originario de América.

Nuestra deuda con Europa es grandísima (lengua, religión, instituciones) pero nuestra matriz, nuestro genius loci (clima, suelo y paisaje) es América. Y esto no debemos olvidar. Nosotros pensamos y vivimos desde América.

Leer + artículo completo  http://www.patriasindicalista.es/ps_0471.htm

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