TRADUCTOR

viernes, 23 de noviembre de 2012

LA SALUD NO ES UN NEGOCIO



ES UN DERECHO.
La salud no es un negocio, o no debería de serlo. En la Europa que construyó el Estado del bienestar, la sanidad pública, universal, gratuita, de calidad, ha sido uno de los más preciados derechos de los ciudadanos.
En otros países la salud es un negocio. En Estados Unidos por no ir más lejos. Al expresidente Clinton le costó casi su carrera intentar aprobar una reforma que sanitaria que supusiera no dejar en la estacada a millones de estadounidenses que no tienen dinero para pagarse un hospital. Y Barack Obama ha tenido que conformarse con sacar adelante una reforma sanitaria descafeinada. La causa es muy simple: hay grandes compañías que basan su éxito económico en hacer negocio a cuenta de los problemas de salud de sus conciudadanos.
En Estados Unidos dependiendo del seguro de salud que pagues así son las contraprestaciones que recibes. De manera que muchos estadounidenses viven obsesionados con poder pagarse un buen seguro para que el día que tengan que ponerle una válvula en el corazón, pongo por caso, su seguro se lo cubra, porque de lo contrario no se la ponen o la tienen que pagar.
Margaret Thatcher también se cargó la sanidad británica, privatizándola hasta el extremo que los servicios públicos que quedan actúan en base al coste-beneficio. Si usted ha sido un empedernido fumador y de repente tiene cáncer de pulmón y además tiene cierta edad, en el hospital público, pero gestionado de manera privada, sopesarán si les merece la pena operarle o darle uno de esos carísimos tratamientos que pueden paliar su enfermedad. Si convienen en que tiene usted escasas posibilidades de éxito, sencillamente le dejarán a solas con su cáncer.
Hace años que el PSOE primero, seguido con entusiasmo por el PP, abrió la puerta a las "fundaciones" sanitarias, es decir a privatizar parte de la gestión de la sanidad pública. De manera que los hospitales y centros sanitarios se construyen con dinero público, son de titularidad estatal, pero sacan a concurso su gestión. La empresa que gana el concurso, naturalmente, lo que pretende es ganar dinero y a partir de ese momento no se da un paso sin evaluar previamente los beneficios. De manera que se suprimen algunos servicios, amén de personal, investigaciones, medicamentos, etc, etc, etc.
Conozco médicos desesperados porque en algunos hospitales de titularidad pública pero gestionados por compañías privadas, se han establecidos protocolos del tiempo que, por ejemplo, debe de durar una operación como si pudiera ser una ciencia exacta. Así que si para una operación de apendicitis, pongo por caso, se establece que con 45 minutos basta, y por lo que sea la operación se alarga, los médicos tienen que dar cuenta de por qué han tardado más tiempo del establecido. O sea, los gerentes de los hospitales no están dispuestos a que se gaste ni un euro de más.
Ahora, aprovechando la crisis, algunos gobiernos autonómicos, amén del Gobierno central, quieren terminar de abrir la puerta a este modelo que consiste en que la sanidad pública sea gestionada por manos privadas, manos para los que la salud no es más en un buen negocio.
Los médicos de toda España se están rebelando contra los intentos del PP, amén de CiU y compañía, de desmantelar la sanidad pública. Y por primera vez las organizaciones médicas, ya sean sindicales o estrictamente profesionales, amén de asociaciones de enfermería, etc, se han unido para defender la sanidad pública española que dicho sea de paso es de las mejores del mundo.
A pesar de los inconvenientes de las listas de espera, nuestro país cuenta con un plantel de profesionales sanitarios que no tienen que envidiar nada a los mejores de otros países. No es verdad que la crisis obliga a ahorrar en sanidad, y para eso la solución es ponerla en manos privadas. Una cosa es gestionar mejor los recursos públicos y otra poner esos recursos en manos privadas para que hagan negocio.
Desde el PP se intenta convencer a los ciudadanos que las empresas privadas gestionan mejor que las públicas, lo que es lisa y llanamente una falsedad. La sanidad pública española es la joya de la corona, y los ciudadanos, todos, debemos de movilizarnos y gritar alto y claro que nuestra salud no puede convertirse en un negocio. Si les dejamos, es lo que harán.

LEER+ http://misaludnoesunnegocio.net/
http://www.diarioelaguijon.com/noticia.asp?ref=8707

miércoles, 21 de noviembre de 2012

UN HOMBRE DE ESTADO



¿Quién es, qué es un hombre de Estado?
Podríamos definirlo primero por lo que no es para luego hacerlo por lo que es o debe ser. Un hombre de Estado no es un político al uso; no es un hombre vulgar que se dedica a la política; como tampoco es un ciudadano que tenga en la res pública su única forma de hacer carrera y, sin embargo, excluye todos losposibles medios para dar preferencia a esa que es su gran vocación, la política, como ciencia distinta a todas las demás. Un hombre de Estado es aquel ciudadano que se sabe y siente heredero de la cultura, de las tradiciones, de los valores, de los aciertos y errores, victorias y derrotas de su nación; heredero del pasado y el presente y responsable del futuro de una Historia hecha y escrita por ese pueblo al que pertenece; en definitiva, se siente miembro de una nación con su misión de destino. Por cierto, esta frase que ha dado pábulo a la ironía de muchos confirma con rotundidad la carencia de hombres de Estado en España en el transcurso de los últimos siglos.
Ya sabemos que ese tipo, los hombres de Estado, no se dan como los hongos en general sino, dentro de esta especie, como las trufas a las que hay que buscar casi con el candil de Diógenes.
De haber tenido una más abundante élite, cualidad que los define, su posición en la Historia universal actual seguiría siendo la de una de sus naciones-guía cuya misión está acotada por su obra más transcendental escrita en ella: la Hispanidad. He aquí el glorioso e inmenso contenido que da razón de ser a aquella frase que un día alguien con visión universal la definió como su misión de destino. Sólo los mentecatos y cortitos encefálicos, también los resentidos, por muchos títulos universitarios y masters que les cuelguen en sus paredes, pueden ignorar e ironizar sobre la ejecución más gloriosa y completa que da solidez e identidad a España como nación. Este destino solamente tendrá continuidad mientras en su cuna sigan naciendo esos hombres que por su visión completa y planetaria de la política son conocidos como hombres de Estado.
Por eso hoy la Hispanidad está en suspenso, en interregno, como hibernada, a la espera de tan singulares individuos capaces de portar en su mente y en su corazón todo el inmenso ser y obra de la secular nación española.
¿Hay por ahí, en estos momentos, un solo hombre de Estado? Hágase visible.

  Pedro Conde Soladana    http://www.agorahispanica.es/2011/09/18/un-nombre-de-estado/

lunes, 19 de noviembre de 2012

JOSÉ ANTONIO ¡ PRESENTE !



 ¿José Antonio superado? ¿Por quién?

"El fenómeno de la quiebra del capitalismo es universal. No es ésta la ocasión de que yo hable de él en sus caracteres técnicos. Ya hemos tenido sobre ello otras comunicaciones. Ante otros auditorios, en otras circunstancias, he hablado de esto más por menudo. Hoy, ante todos vosotros, sólo quiero fijar el valor de algunas palabras para que no os las deformen.
Cuando hablamos del capitalismo — ya lo sabéis todos — no hablamos de la propiedad. La propiedad privada es lo contrario del capitalismo; la propiedad es la proyección directa del hombre sobre sus cosas: es un atributo elemental humano. El capitalismo ha ido sustituyendo esta propiedad del hombre por la propiedad del capital, del instrumento técnico de dominación económica. El capitalismo, mediante la competencia terrible y desigual del capital grande contra la propiedad pequeña, ha ido anulando el artesanado, la pequeña industria, la pequeña agricultura: ha ido colocando todo — y va colocándolo cada vez más — en poder de los grandes trusts, de los grandes grupos bancarios. El capitalismo reduce el final a la misma situación de angustia, a la misma situación infrahumana del hombre desprendido de todos sus atributos, de todo el contenido de su existencia, a los patronos y a los obreros, a los trabajadores y a los empresarios. Y esto sí que quisiera que quedase bien grabado en la mente de todos; es hora ya de que no nos prestemos al equívoco de que se presente a los partidos obreros como partidos antipatronales o se presente a los grupos patronales como contrarios, como adversarios, en la lucha con los obreros. Los obreros, los empresarios, los técnicos, los organizadores, forman la trama total de la producción, y hay un sistema capitalista que con el crédito caro, que con los privilegios abusivos de accionistas y obligacionistas, se lleva, sin trabajar, la mejor parte de la producción, y hunde y empobrece por igual a los patronos, a los empresarios, a los organizadores y a los obreros.
Pensad a lo que ha venido a quedar reducido el hombre europeo por obra del capitalismo. Ya no tiene casa, ya no tiene patrimonio, ya no tiene individualidad, ya no tiene habilidad artesana, ya es un simple número de aglomeraciones. Hay por ahí demagogos de izquierda que hablan contra la propiedad feudal y dicen que los obreros viven como esclavos. Pues bien: nosotros, que no cultivamos ninguna demagogia, podemos decir que la propiedad feudal era mucho mejor que la propiedad capitalista y que los obreros están peor que los esclavos. La propiedad feudal imponía al señor, al tiempo que le daba derechos, una serie de cargas; tenía que atender a la defensa y aun a la manutención de sus súbditos. La propiedad capitalista es fría e implacable: en el mejor de los casos, no cobra la renta, pero se desentiende del destino de los sometidos. Y en cuanto a los esclavos, éstos eran un elemento patrimonial en la fortuna del señor; el señor tenía que cuidar de que el esclavo no se muriese, porque el esclavo le costaba el dinero, como una máquina, como un caballo, mientras que ahora se muere un obrero y saben los grandes señores de la industria capitalista que tienen cientos de miles de famélicos esperando a la puerta para sustituirle."                                       
 José Antonio Primo de Rivera
[Discurso pronunciado en el cine Madrid,
  de Madrid, el día 19 de mayo de 1935]

LEER+  http://www.patriasindicalista.es/ps_0395.htm
http://www.laeditorialvirtual.com.ar/pages/joseantonio/joseantonio.htm