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viernes, 28 de diciembre de 2012

LA MENTIRA DE LA DEMOCRACIA

  


 [Y para que reflexionen quienes todavía creen salvar la Patria conviviendo con el sistema político que la esclaviza]

'Recuerden que la historia nunca se repite exactamente igual. Lo que primero es una tragedia, vuelve a la realidad como parodia... Si alguna vez llegase a haber otro golpe, el pueblo quedará tan derrotado que la vuelta constitucional servirá solamente para garantizar con el voto popular los intereses del imperialismo y de sus cipayos nativos'. Juan Domingo Perón. 1974

La mentira de la democracia

Cuando la dictadura argentina habla de la "democracia" no podemos menos que sonreírnos. Es que ellos siguen la misma escuela de su metrópoli que viene hablando de lo mismo y alabando sus virtudes con tal de que no se cumplan, sino en medida de sus conveniencias. Con la "libertad" y la "democracia" ocurre lo que con la generosidad: que muchos quieren que los demás la practiquen, a fin de hacer más provechoso su egoísmo.

Si un gobernante, elegido por su Pueblo, hace lo que su Pueblo quiere y en ese concepto lucha por la justicia social, la independencia económica y la soberanía de su Patria, se le declara "dictador" y su gobierno "totalitario".

Si un militar, traicionando la fe jurada a la Nación, usurpa el poder constitucional mediante la traición de la fuerza, tiraniza al pueblo, atropella la Constitución Nacional y suprime todas las garantías ciudadanas pero sirve a los intereses foráneos en perjuicio de su Pueblo, se le considera "democrático" y servidor de la "libertad". El caso argentino es suficientemente elocuente, para que sigamos comentando aberraciones.

Así como se ha formado una legión de servidores de la falsedad y de los intereses inconfesables, se trata de formar países dóciles a los manejos por control remoto, mediante calificativos utilizados sin medida por la propaganda interesada.

En un tiempo fueron las palabras "nazi-fascista", que detuvieron a muchos indecisos, luego se utilizaron los vocablos "comunista" o "totalitario" para estigmatizar lo que no era agradable a los mencionados intereses. En último análisis, llegamos a la conclusión de que sólo son "democráticos" los que obedecen las insinuaciones, algunas veces sutiles, o los que ceden a las presiones aunque sean groseras.

La "Democracia Moderna", como en los tiempos de la Demos griega, ha pasado a ser una forma "tabú" de calificar países y gobernantes a piacere pero no con el idealismo ático, sino con cartaginesa intención. A ambos lados de las cortinas todos hablan de democracia, pero pocos la practican en beneficio de los pueblos, que se sienten cada día más defraudados por los declamadores de una felicidad cada día más lejana e inalcanzable. Es que los intereses internacionales no se ocupan de ideologías o de formas institucionales más o menos importantes, sino de realidades.

o.
Es que también, la "democracia" ha sido influenciada por la era de la hipocresía que vivimos. No interesa ser democrático sino parecerlo. Para ello hay que transar con procedimientos repugnantes, a fin de obtener un "navicert" que inmunice de la acusación. Si se lo consigue, todos los días la United Press cursará despachos, las más de las veces inventados, donde en una forma u otra, venga bien o venga mal, se dirá la palabra "democrático".

Así, de la misma manera que la gente se decide por un dentífrico o una pomada, termina por aceptar que Aramburu es un demócrata y que defiende la libertad, aunque estoy seguro de que él ni siquiera sabe lo que es la democracia.

No es que yo crea en las virtudes infalibles de la democracia, ni que me sume a los tontos que creen que una palabra puede salvar al mundo, pero sí creo que es realmente indigno que sigamos tratando de engañarnos a nosotros mismos, con una simulación que amenaza con podrirlo todo. Por eso sostengo que hay que luchar por alguna verdad en que creer, antes que la falsedad lo invada todo y leguemos a las juventudes que han de juzgarnos y reemplazarnos algún día, algo que sea digno y verdadero, para que haya, por lo menos, una razón para recordarnos.

Hay que hacer la felicidad del Pueblo, en tanto se realiza la grandeza de la Patria, sin incidir en la desgracia ajena. Por ello hay que hacer lo que el Pueblo quiere y no defender otro interés que el del Pueblo. Las interdependencias terminan en las fronteras, donde comienza el derecho de cada país de realizar su justicia, afirmar su independencia y ejercer su soberanía. El propio derecho debe terminar donde comienza el de los demás, tanto en lo interno, como en lo internacional. La riqueza se explica y se justifica sólo si se la utiliza en razón social. La política realiza el equilibrio del derecho del individuo con el de la comunidad. Nadie puede realizarse en una comunidad que no se realiza.

Si se cumplen los principios fundamentales ¿qué puede interesarnos que se le llame o no democracia? Siempre la realidad superará a la ficción. Mejor que decir es hacer, porque lo sublime de las virtudes no está en su enunciado sino en su ejecución. La escuela de la simulación, que tantos adeptos tiene en nuestros tiempos, es la preparación del desastre. Mientras no exista y se practique una verdadera democracia será inútil que una legión de mentirosos se empeñe en declamarla para engañar al mundo.


(Gral. Juan Domingo Perón, Los Vendepatria. Las pruebas de una traición, cap. IV Vendepatrias y Cipayos, Buenos Aires, Ed. Freeland, pág. 168-170.)

miércoles, 26 de diciembre de 2012

EL PODER DEL IDIOMA ESPAÑOL



 El poder de una lengua es el de quienes la hablan.

Cuando hablamos hoy del lenguaje y de la lengua, tema sobre el que hay miles y miles de trabajos escritos, sabemos que sigue vigente la enseñanza de Guillermo Humboldt, que cada idioma fomenta un esquema de pensamiento y unas estructuras mentales propias. Dime en qué idioma te expresas y te diré cómo ves el mundo.
Así los hablantes modelan una lengua y ésta modela la mente proyectando un modelo de pensamiento que adquiere su expresión máxima en las identidades nacionales o regionales.


En el caso del español, éste es expresión de unas veinte identidades nacionales consolidadas.

Pero la lengua no es aquella aprendida, no es la segunda lengua. La lengua como lugar de poder es la asumida existencialmente. Y así podemos comprender como siendo 56 los países francófonos y 22 los hispanoparlantes, tenga el español mayor peso internacional que el francés.
Es que de los 56 países francoparlantes solo tres o cuatro han asumido el francés vitalmente, el resto lo usa por conveniencia. En general, para pedir créditos a la metrópoli.

Con el inglés pasa algo parecido pero en menor medida, porque el peso poblacional de los anglo parlantes es mayor (USA, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda), no obstante la mayoría de los países que han declarado el inglés como idioma oficial, 59 en total, utilizan de hecho, infinidad de lenguas locales, que reducen la expresión de lo nacional en inglés. Por ej.: en Nigeria se hablan 521 lenguas. O en la India, ¿en qué expresa la identidad nacional el inglés, declarado idioma oficial? En nada.


Entonces, afirmamos que la lengua es un instrumento de poder cuando es asumida existencialmente, de lo contrario es un simple vehículo de comunicación como lo es el inglés en los aeropuertos.

En este sentido, el español como lengua occidental tiene una ventaja infinita respecto del inglés y del francés. Pues aun cuando supera al inglés, su máximo competidor, en más de cien millones de hablantes, posee la infinita ventaja que es efectivamente, la lengua oficial de veintidós naciones.

Si a ello le sumamos la proximidad lingüística del portugués (Brasil, Portugal, Mozambique, Angola et alii) se constituye una masa crítica de 800 millones de personas que pueden comunicarse entre sí sin mayor esfuerzo y, lo que es más importante, con estructuras mentales similares.




Esto no es un chiste, ni una anécdota, es un dato geopolítico de crucial importancia para comprender el mundo actual en profundidad.
Es incomprensible como de 31 Estados (22 hispano parlantes y 9 luso parlantes) no haya uno, al menos, que tenga una política internacional de defensa de la expresión lingüística luso-española.


Es incomprensible que los teóricos franceses, tan sutiles para otros asuntos, no se hayan apercibido que “la mayor presencia del español como lengua de trabajo internacional, garantiza una mayor presencia del francés, frente al inglés”.

En este campo específico estamos rodeados de un hato de ineptos. Ineptos que como el “rey cazador de elefantes” sostuvo en la última cumbre Iberoamericana de Cádiz que somos cuatrocientos millones los hispanoparlantes o como las autoridades del Instituto Cervantes que sostiene que somos 450 millones de hispano hablantes en el mundo ( cuando hoy sumamos 550 millones) y, para colmo de errores, que es la segunda lengua después del inglés: stultorum infinitus numerus est.


Más allá del rey Borbón y del Instituto Cervantes los usuarios habituales del español se han metido en el corazón del imperio talasocrático y así suman en USA, 45 millones. Este hecho bruto, real e indubitable ha hecho exclamar al estratega Samuel Huntington en El Reto Hispano, uno de sus últimos trabajos:los estadounidenses están aceptando que se convertirán en dos pueblos, con dos culturas (anglo e hispana) y dos lenguas (inglés y español)…. Por primera vez en la historia de Estados Unidos, cada vez hay más ciudadanos (sobre todo negros) que no pueden conseguir el trabajo o el sueldo que sería de esperar porque sólo pueden comunicarse en inglés… Si la expansión del español como segunda lengua de EE UU sigue adelante, con el tiempo podría tener serias consecuencias para la política y el gobierno”.


Es que el español además es un idioma pluricéntrico, pues a diferencia del inglés o el francés donde Londres y París se han constituido como centros de poder lingüístico, Madrid no tiene vocación de centralidad lingüística.




Es hora que nuestros gobiernos asuman una política internacional de la lengua. Que el español sea utilizado como lengua de trabajo de ámbito mundial. Informaciones recientes nos dicen que hoy en China el español es la lengua extranjera más estudiada. Que no hay un millón de hispanoparlantes en Filipinas sino alrededor de diez millones. Que en Brasil el español no es considerada lengua extranjera en las universidades, pues su uso profesoral es habitual. En fin, contamos en definitiva con un instrumento geopolítico y metapolítico poderosísimo que no está explotado.[1][1]


Alberto Buela

* Politólogo, Doctor en Filosofía y escritor


[1] Nobleza obliga y tenemos que rendir homenaje acá al esfuerzo del Prof. Renato Epifanio y quienes lo acompañan en el Movimiento Internacional Lusófono quien desde hace años viene trabajando en la consolidación del portugués como lengua internacional. (www.zefiro.pt).

D.Alberto,

Primero manifestarle nuestra admiración por su obra y nuestro más sincero agradecimiento por compartir sus trabajos.
Nos hubiera gustado acompañarle y conocerle en primera persona  en Toledo.

Al hilo del artículo "El poder de una lengua"solamente nos gustaría matizar una cuestión.Es totalmente cierto,el castellano fue una expresión de unas identidades culturales consolidadas;pero en una idea nacional llamada España.

Y por eso, el español no es sólo el castellano,ya que recogió aportaciones de otras zonas peninsulares y su constitución no se determina sólo por el origen castellano. Decir español enfatiza más el resultado y decir castellano nos hace vislumbrar, el origen. Para cualquiera es evidente que no todo está determinado sólo por los orígenes. Desde el punto de vista de la historia de la lengua es más correcto español.Y quizás desde la sesgada perspectiva de los "pequeños nacionalismos", les pueda convenir más el término castellano.

Pero también es más correcto para hablar coloquialmente y más aún desde ,un espacio de convivencia común; la Hispanidad  (término que no es de raíz latina), que es uno de los territorios más grandes y culturalmente más cohesionados del mundo.

Limpia, fija y da esplendor.


Un respetuoso saludo desde la espesura del bosque. 

¡ VIVA SÁHARA LIBRE !



                                            ¡ VIVA SÁHARA LIBRE !


AQUELLA NAVIDAD DEL 75

Estaba el abajo firmante el otro día en Sevilla, presentando un libro, cuando en mitad del trajín se acercó a la mesa un tipo grande, cincuentón largo, con una portada de ABC vieja de veinte años.

-¿Sabes quiénes son éstos?

Miré la foto. Un Land Rover en el desierto, junto a una alambrada. Soldados con turbantes y cetmes. Un militar fornido, en quien reconocí a mi interlocutor. A su lado, un joven flaco con el pelo muy corto, gafas siroqueras, ropa civil y cámaras fotográficas colgadas al cuello. El titular decía: «Tropas españolas patrullan la frontera del Sahara Occidental». Cuando terminó el acto y fui en busca de mi visitante, éste se había ido. Lamenté no poder darle un abraco. No sé qué graduación tendrá ahora, pero en aquella foto era capitán. Se llamaba Diego Gil Galindo, y durante casi un año compartimos tabaco, arena del desierto y copas en el cabaret de Pepe el Bolígrafo, en El Aaiún, cuando éramos jóvenes y él creía en la bandera y en el honor de las armas, y yo creía en los Reyes Magos y en la virginidad de las madres, Y tal día como hoy, víspera de Navidad, hace exactamente veinte años, a Diego Gil Galindo lo vi llorar.

Ahora, con esto de la Transición, y el Centinela de Occidente dos décadas criando malvas, y la peña en plan nostalgia, voy y caigo en la cuenta de que me perdí todo eso. De la muerte del Invicto me enteré tres días después, cuando el grupo de guerrilleros polisarios a quienes acompañaba atacó un convoy marroquí cerca de Mahbes, y entre los efectos personales de los muertos -también les quité el tabaco, y dátiles- había una radio de pilas. Y luego vine aquí una semana, y me fui a Argel el 3 de enero del 76, y de allí al Líbano, que empezaba entonces. Y cuando entre unas cosas y otras regresé a España, resulta que esto era una monarquía y a la gallina de la bandera le habían retorcido el pescuezo. Quizá por eso siempre me sentí un poco al margen de la película.

En realidad, mi transición personal tuvo lugar en el Sahara aquella víspera de Navidad de 1975, cuando el todavía gobierno Arias Navarro entregó a los saharauis atados de pies y manos a las fuerzas reales marroquíes. Cuando el ejército español abandonó el territorio de puntillas y con la cabeza baja, mientras los soldados indígenas de Territoriales y Nómadas, desarmados y traicionados, vistiendo todavía nuestro uniforme, huían por el desierto hacia Tinduf, para seguir luchando (ese mismo Tinduf al que iría después Felipe González a hacerse fotos polisarias, hasta que fue presidente y le dio el ataque de amnesia).

Esa última noche, víspera de Navidad, cuando el director de mi periódico -Pueblo- cedió a la presión de Presidencia del Gobierno y me ordenó salir del Sahara con las tropas españolas, la pasé en el bar de oficiales de un cuartel desmantelado, mientras los archivos ardían en el patín y los soldados del general Dlími se apoderaban de El Aaiún. Algunos de los militares que me acompañaban ya están muertos. Pero guardo su amistad bronca y generosa, hecha de cielos limpios llenos de estrellas, nomadeando bajo la Cruz del Sur: viento siroco, combates en la frontera, agua de fuego, chicas de cabaret, infiltraciones nocturnas en Marruecos... Sin embargo, lo que en este momento veo son sus ojos tristes aquella última noche, su amargura de soldados vencidos sin pegar un tiro. Atormentados por su palabra de honor incumplida, por sus tropas indígenas engañadas y por aquella inmensa vergüenza de cómplices pasivos que les hacía inclinar la cabeza. Y también recuerdo la concienzuda borrachera en que nos fuimos sumiendo uno tras otro, y mi desilusión al verlos de pronto tan humanos como yo, infelices peones de la política, víctimas de sus sueños rotos. Compréndanlo: yo tenía veintipocos años y ellos habían sido mis héroes.

También me acuerdo de que aquella noche llovió sobre El Aaiún. A veces se oía un tiro aislado hacia Jatarrambia, o los motores de las patrullas marroquíes que llevaban saharauis detenidos. Veo el llanto infantil del teniente coronel López Huerta, la fría y oscura cólera del comandante Labajos, la sombría resignación del capitán Yoyo Sandino. Y recuerdo a Diego Gil Galindo, la enorme espalda contra la pared de la que colgaban trofeos de combates olvidados que ya a nadie importaban, con lágrimas en la cara, mirándome mientras murmuraba: «Qué vergüenza, niño. Qué vergüenza».

Así fue mi última Navidad en el Sahara, hace veinte años. La noche que murieron mis héroes, y me hice adulto.
                    
 Arturo Pérez-Reverte        24 de diciembre de 1995
                          

lunes, 24 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD




La Navidad, que en el siglo XVII tuvo que ser rescatada de la tristeza, tiene que ser rescatada en el siglo XXI de la frivolidad.

"La Navidad , no es un acontecimiento cuya conmemoración sirva a intereses pacifistas o festivos. No se trata sólo de una conferencia hindú en torno a la paz o de una celebración invernal escandinava. Hay algo en ella desafiante, algo que hace que las bruscas campanas de la medianoche suenen como cañones de una batalla que acaba de ganarse. En el nacimiento de un Niño en una cueva de pastores ,se esconde la idea de minar el mundo, de sacudir las torres y los palacios desde sus cimientos, igual que Herodes el Grande sintió aquel terremoto bajo sus pies y se tambaleó con su vacilante palacio. De hecho, la Iglesia, desde sus comienzos, y quizás especialmente en sus comienzos, no fue tanto un principado como una revolución contra el príncipe de este mundo. Los que acusaban a los cristianos de incendiar Roma con antorchas eran calumniadores, pero al menos estaban más cerca de la naturaleza del cristianismo que esos modernos que dicen que los cristianos fueron una especie de sociedad ética, sometida a un lánguido martirio por decir que los hombres tenían una obligación con respecto a sus prójimos, y que resultaban ligeramente molestos porque eran mansos y humildes". 

       GK.Chesterton

domingo, 23 de diciembre de 2012

LA MADRE PATRIA Y LA PATRIA GRANDE

  

La historia nos muestra que los pueblos que no han sabido o no han querido luchar en la defensa de su identidad político-cultural han desaparecido de la faz de la tierra.

NUESTRA AMÉRICA

Los Datos
Hispano o Iberoamérica constituye un espacio geográfico continuo, que va desde Tierra del Fuego hasta más allá del Río Grande en México.Y decimos más al norte pues existen 40 millones de hispanoamericanos que habitan toda la franja sur de los Estados Unidos, desde Miami hasta California.Territorios que hasta hace poco más de un siglo pertenecían en su gran mayoría a México.A ello deben sumarse las grandes islas contigüas, como Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico.

Este enorme espacio territorial, aproximadamente 22 mil millones de km2 (como término de comparación Europa toda suma 5 mil millones de km2), es habitado en la actualidad (l999) por aproximadamente 400 millones de personas,las que poseen una lengua común el luso-castellano ( alrededor de 7 millones hablan, además,lenguas aborígenes).


Existe una religión común en la base que es la católica, hoy zapada por infinidad de sectas, la mayor parte de las cuales alentadas desde los Estados Unidos.Y por la desidia de la propia jerarquía eclesiástica, más ocupada en usufructuar los beneficios del poder político de turno que evangelizar,con el ejemplo, a nuestro pueblo.

Ha vivenciado en el curso de su historia un enemigo común: el anglosajón. Prueba de ello es la ocupación aún de parte de nuestro territorio (Belice, Islas Antillanas, Malvinas).
Ha tenido desde su Independencia un proyecto de unidad política que todavía no ha podido realizar. Desde Bolivar y San Martín; pasando por Morazán y Sandino y terminando con Vargas y Perón. Este proyecto de unidad americana es su ideal irremplazable.

Pero, claro está,en el curso de su historia su enemigo común: el anglosajón – a través de Inglaterra primero y EEUU después -ha siempre intentado quebrar la unidad política regional. Su método fue siempre, el mismo que aplicó Zeus en el Olimpo: Dividir para reinar.

la propuesta
Han existido y existen cientos de trabajos sobre el tema de la integración política hispanoamericana,los que básicamente pueden resumirse en la:Constitución de una Federación de Estados iberoamericanos;con una sola moneda; con una economía regional autocentrada; con un parlamento común; con una Corte Suprema de Justicia; con un sistema ferro-vial-aéreo compatible;con un comando militar conjunto; con un sistema de información autónomo.
Han existido en nuestra historia una veintena de proyectos de integración regional.Desde la Federación Centroamericana de Morazán (l830), pasando por el ABC (l948) hasta,hoy, el Mercosur (l994). Todos han sido abortados. Pero, ¿acaso existe un designio metahistórico que nos permita colegir que no podemos realmente unirnos? Creemos que no. Creemos que la unidad es posible,lo que ha sucedido hasta ahora es que los intereses que se oponen a dicha unidad son más fuertes que la voluntad de constituirla.

Cómo realizarla
Debemos partir del principio: las cosas grandes nacen grandes. La experiencia de dos siglos, desde la Carta a los Españoles de América de Juan Pablo Viscardo(l792) hasta el presente, nos muestra que las pequeñas integraciones regionales fueron siempre esfímeras y se mostraron, en definitiva, ineficaces.
Nunca se pudo pasar de una integración bi-nacional a una regional ni de ésta a una continental.
Nosotros tenemos que partir de una integración continental.Existe desde México (l991) una Cumbre de Mandatarios Iberoamericanos que se viene reuniendo regularmente. Y, si bien es cierto, que estas sucesivas Cumbres son más declamatorias que operativas, este es un primer paso de medida continental que no debe desaprovecharse.
Esta Cumbre debe crear una Corte Suprema de Justicia Iberoamericana a la que se sometan los grandes temas: Cuestiones de límites, guerra y comercio entre los estados miembros. Tendrá como primer acto la creación de toda “la ingeniería política” que fue hasta ahora es la que trabó todos los proyectos, para el funcionamiento eficaz de la Federación.

El Futuro
Ciertamente que no le corresponde a la filosofía ocuparse del futuro, pero con los datos que tenemos algún tipo de prospeciva política podemos colegir.
Desde siempre el hombre ha esbozado tesis sobre lo por-venir,y desde siempre se viene equivocando,pero a partir de la caída del Muro de Berlín(l989) estas tesis de han multiplicado por doquier:

-Fukuyama proclama el fin de la historia con el triunfo planetario del capitalismo liberal.

-Bush laza la tesis del nuevo orden mundial que lo tiene como scheriff de la gran aldea planetaria.

-Huntington sostiene que las querellas actuales son periféricas a Occidente y finalmente serán sometidas por éste.

-Los pensadores del stablishment (Derrida,Finkielkraut, Eco,Habermas,Savater et alia) sostienen que estamos mal porque no acabó de cumplirse el proyecto de la Ilustración.Y sus imitadores “telúricos”(Sebreli,Grondona,Aguinis,Massuh et alia) se desgañitan reivindicando las tesis de Kant: su cosmopolitismo y su paz perpetua.

Y nuestros gobernantes, excepción hecha de Castro,continuan enamorados del recetario neo-liberal como la panacea de la humanidad.No importa que el 60% del producto bruto de Iberoamérica se gire anualmente hacia los centros de poder mundial; que se cierren las puertas de los grandes mercados a nuestros productos aduciendo falsas razones; que se subsidien los productos que nos importan compulsivamente; que , en definitiva, nos transformemos en una colonia continental como no hay otra en el mundo, con el cúmulo de injusticias flagrantes que eso conlleva.
Lo importante tanto para los teóricos cipayos como para nuestros gobernantes – el entreguismo filosófico no es sino correlato del entreguismo político- es que se conserve la mascarada democrático-liberal que nos han impuesto como modelo.
Alberto Buela
Leer artículo completo http://contextogeopolitico.wordpress.com/2012/11/21/nuestra-america/#more-543