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sábado, 25 de mayo de 2013

TODOS CON SIRIA




 سوريا Sūriyā

El día 15 de junio, en Roma, los europeos tenemos una cita por la libertad y la dignidad. Todos con Siria frente al terrorismo salafista e imperialista.

viernes, 24 de mayo de 2013

EL SHERIFF PLANETARIO



SOBRE MUNDIALISMO y GLOBALIZACIÓN

Siempre conviene comenzar aclarando que se entiende por los principales conceptos que se usarán en un artículo o estudio, para que el otro sepa a que atenerse.

Los términos de mundialización y globalización se suelen emplear en forma indistinta por la mayoría de los usuarios, pero en nuestra opinión es pertinente hacer una distinción.

Mundialización es un concepto más antiguo, básicamente político, que significa la tendencia a la organización de un gobierno mundial único. El acento se coloca en la dimensión política de la unificación del mundo. Es un ideario que nace con los viejos iluminista como Kant, y pasando por toda la tradición socialista llega a nuestros días.

Globalización es un concepto más reciente, básicamente económico, que proclamado en 1991 por George Busch, postula la constitución de un one world, el mundo como un gran supermercado en donde las reglas las coloca la OMG, su parlamento es Davos y su gerente el FMI.

Como vemos ambos conceptos no son contradictorios no compiten entre sí, sino más bien complementan en la conformación de un pensamiento único y políticamente correcto.

Estado, Nación, pueblo

Así como el Estado ofrece el marco jurídico a una nación, aun cuando aquél sólo existe en sus aparatos y no "en sí", pues su ser está dado por la nación que encarna. De la misma manera, la nación es la expresión del proyecto político-cultural que un pueblo se da para existir en la história política del mundo. En tanto que un pueblo es un conjunto unido por una conciencia étnico-cultural (léase:valores) de pertenencia, pero no necesariamente política. Pues hay pueblos - los judíos ayer, los kurdos hoy- que no existen como naciones.

Vemos pues como en la base se encuentra un núcleo de valores compartidos por un conjunto de hombres que denominamos pueblo. Este pueblo puede inscribir su existencia política en la historia si intenta instaurar su proyecto de nación.  Esta existe formalmente si es reconocida; esto es, encarnada en un Estado. De lo contrario queda en potencia, como sucede con la Gran Nación Hispanoamericana, proyecto político de nuestros fundadores, San Martín y Bolivar, todavía no plasmado.

Humanidad y Poder político

Ahora bien, si al hombre para vivir le basta su pertenencia a un pueblo, y para hacerlo políticamente le alcanza con una nación encarnada en un Estado. Nos preguntamos ¿ en qué lo afecta o no, la existencia de la humanidad ?.

La idea de humanidad puede ser religiosa - los hombres todos descendemos de Adán y Eva o constituimos el cuerpo místico de Cristo-. O puede ser filosófica - el cosmopolitismo de los estoicos como Crisipo penetrado del Alma Universal-.

Lo que no puede ser la idea de humanidad es política. La humanidad entendida como República Universal es una creación ideológica que desemboca en un totalitarismo político. "Al adversario no se llama ya enmigo (hostis) pero en cambio se lo coloca hors la loi et hors l'humanité"(Carl Schmitt: El concepto de la política,cap.10)

Así, el estado es negado al enajenar parte de su soberanía en un ente supranacional. Que si nos atenemos a la historia del siglo XX vemos, como acertadamente señala Thomas Molnar: "La creación de una organización supraestatal- y la ONU nos sirve aquí de ejemplo por excelencia- no es nunca el fruto de un consenso mundial, sino del interés que tienen las grandes potencias de la época en imponer a las demás naciones ciertas fórmulas. Dichos intereses están disimulados bajo una ideología mundialista, cuya encarnación es la organización supraestatal"(Cf. Nación y Humanidad).

Así pues las relaciones estrictamente políticas se establecen entre los Estados y nunca con la humanidad.

Al respecto afirmaba premonitoriamente el filósofo francés Joseph de Maistre(1753-1821) agobiado por la prédica que venía llevando a cabo el Iluminismo liberal en favor del humanismo universal cosmopolita: " He visto polacos,rusos ,italianos; pero en cuanto al hombre, declaro no haberlo jamás encontrado".

Igual reacción encontramos en el filósofo danés Soren Kierkegaard (1813-l855) "Desgraciados de esos filósofos que declaman acerca de la humanidad, porque no se percatan que ésta no tiene manos ni pies. Sólo el hombre concreto los tiene, y éste es el que debe interesarnos".

Apreciemos que han pasado casi dos siglos del enunciado de estos pensamientos. En el ínterin muchos han sido los pensadores y hombres públicos que se han opuesto abiertamente al ideario liberal-cosmopolita. Pero nada pudo la oposición individual para torcer el brazo en la aplicación de la receta liberal en el gobierno de las naciones y el manejo de los hombres.

Hubo también enfrentamientos sistemáticos que, en su momento, parecieron triunfar: los diferentes nacionalismos y el comunismo.

Pero los nacionalismos fueron vencidos uno a uno como los diez indiecitos de la novela de Agatha Christie y el comunismo "por implosión" autosignó su partida de defunción con la caída del Muro del Berlín en 1989,aún cuando se escuchan algunos estertores en Cuba o Corea del Norte.

Libre de oposiciones, Busch lanzó su idea del nuevo orden mundial de aplicación a la aldea global. Los gobiernos de las naciones que integran esta gran aldea planetaria son concebidos como los agentes de aplicación de las recetas propuestas por el scheriff planetario.

Tres son los medios fundamentales con que cuenta el poder mundial en su tarea de persuasión y condicionamiento de respuestas en favor del nuevo orden: la producción incontrolada de billetes dólar, la producción del sentido de las cosas con el control de los mass media de alcance planetario y el incontrarrestable poderío militar.

A la homogeneización del mundo, denunciada por nosotros aún antes de la caída del Muro de Berlín, corresponde una única imagen de hombre, hoy, paradigmática: el homo oeconomicus dollaris.

Los íconos de este hombre son la droga, la imbecilización rockera mundializada, el alcoholismo infantil, la pornografia visual antierótica; la colección de baratijas, el baby talk, la moda clochard, los fast food de los Mac Donalds, el autismo musical de los walkman, los productos light, la cultura del zapping a control remoto como sucesión de imágenes truncas etc.etc.

Occidente, renunciando a su significado original, se transformó en el metasistema que comprende ahora Filipinas, Taiwan, Hong Cong, Corea del Sur, Japón. Es decir lo que geopolíticamente se denomió Oriente, pero que ofrece los pliegues y las fisuras donde se desarrolla compulsivamente la idea de aldea global mercantil.

Multiculturalismo y Derechos Humanos

Los dos principios que sustentan la noción de aldea global son el multiculturalismo dentro de cada nación, basado en un relativismo cultural, que hipotéticamente conduciría a la comprensión recíproca y a la convivencia universal. Y el dogma liberal de los derechos humanos del hombre universal surgido de la Revolución francesa, fundados no como verdad inherente a la persona sino en el consenso de los que deciden, sea la ONU o la Secretaría de Estado de USA. La nación que no respetare estos dos principios se hará acreedora de los cargos de racismo y totalitariasmo, motivo por el cual el scheriff planetario puede justificar su intervención en dicho país. Hoy se ha quebrado, de facto, el principio de no-intervención en los asuntos internos de los estados.

La finalidad de este proyecto mundialista-globalizante es lograr la uniformidad, la homogeneización del hombre a nivel global para transformar a los pueblos en público consumidor.

La uniformidad del hombre se logra mediante el desarraigo de su tierra y su tradición cultural. Estrictamente, lo que denominamos país. Uno de sus medios ha sido la sugerida inmigración masiva de los pueblos del tercer mundo hacia los países centrales basada en la ingenua convicción que el multiculturalismo, el melting pot, el crisol de razas, conduce a la comprehensión recíproca y a la grandeza de las naciones, cuando en realidad lo único que ofrece es mano de obra barata para realizar trabajos bastardos. Hoy día esta inmigración llegó a su punto de saturación, los paises centrales(vgr.USA,Francia,Alemania) la rechazan por peligrosa y es derivada hacia sus países satélites. Es que la parodia de la convivencia multicultural se ha hecho trizas. El invento político yugoslavo,las interminables guerras tribales del Africa arbitrariamente dividida por las potencias coloniales son, entre otros, ejemplos incontrastables.

El Derecho de los pueblos a la diferencia

Reiteramos nuestra idea. El pluralismo cultural, entendido como interculturalismo, es válido en el mundo únicamente a partir de las diversas ecúmenes culturales(iberoamericana, anglosajona, arábiga, eslava, etc).Es por ello que nuestro universo es en realidad un pluriverso. Y es éste el argumento más poderoso a la propuesta de homogeneización monocorde de todos las culturas en una sola, como pretende el ideal del nuevo orden, hijo natural del cosmopolitismo iluminista del siglo de las Luces.

En cuanto al publicitado dogma de los derechos humanos su significación es diferente según cada cultura. Acertadamente dice Tomislav Sunic: "Si un hombre reside en Brooklyn, sus derechos humanos probablemente tienen un significado diverso de aquel que asumiría si vive en Borneo; si es un musulmán fundamentalista, su sentido del deber cívico será percibido como algo diverso del que se conforma a los cánones católicos. Encontrar un denominador común para una miríada de destinos étnicos parece imposible.

La ideología de los derechos humanos, acompañada de la teología de la aldea global, sugiere un hombre abstracto, un hombre en sí, cuando en su lugar, en la vida real, encontramos mejicanos, árabes o vietnamitas de carne y hueso, con los cuales no siempre compartimos las pasiones y los modos de actuar políticos".(Cf. La aldea global y el derecho de los pueblos)

Los derechos humanos se encuentran expuestos, hoy día, a la crítica demoledora de los derechos de los pueblos que vienen a representar la continuidad histórica de los mismos. Surgen de las memorias nacionales. De los que fueron sus valores encarnados; esto es, de sus bienes. Comparten sus mitos fundadores al decir de Mircea Eliade. Defienden sus identidades culturales en el desarrollo histórico. Se oponen a la homogeneización del mundo. Defienden el derecho a la diferencia.

Son expresión de la especificidad de cada ecúmene cultural y sostenedores sus ideales. En nuestro caso, ante la organización planetaria propuesta ya no caben nacionalismos parroquiales atrincherados en vetustos esquemas de "paises iberoamericanos como naciones completas". Ello es políticamente estéril e ideológicamente reaccionario. Es necesario oponer el ideal de Patria Grande expresado en un Nacionalismo Continental Hispanoamericano.


Concluyendo observamos, entonces, como el mentado nuevo orden mundialista propone como modelo la aldea global mercantil y los pueblos, exterminadas sus identidades nacionales, uniformados bajo el concepto de público consumidor.

El scheriff planetario se reserva la exclusividad del poder en sus tres aspectos- económico, cultural y militar- y sostiene como ideales, para el orden interno de las naciones, el multiculturalismo y los derechos humanos. Invocando los cuales, justifica la injerencia en el orden interno de cualquier nación del planeta.

¿Cuál es, mientras tanto, la respuesta de los pueblos?

En unos casos el desmembramiento de repúblicas que fueron creaciones ideológicas. Así tenemos el mencionado caso yugoslavo; la separación de Eslovaquia de la república Checa; la de Moldavia de Rumania; las antiguas repúblicas de la URSS.

En otros casos la lucha a muerte por existir en la histórica, como la de los kurdos, los somalíes, los palestinos, y ya en las puertas, los zulues y los viejos boers.

En Nuestra América tuvimos, con la aparición del Ejercito Zapatista en Chiapas, un aviso de que las cosas no van sobre rieles para los agentes de aplicación del modelo mundialista-globalizante. En nuestros países ejemplos abundan por doquier.

Y aun cuando pareciera que este modelo goza de plena salud hay signos inequívocos de resistencia de los pueblos a su aplicación. Claro está, falta un elemento primordial, que los dirigentes se pongan a la altura de las cirsunstancias y elaboren respuestas acorde a las exigencias de los pueblos que dicen representar.

Si esto así ocurriera, podríamos parangonar a Enrique P.Osés, silenciado luchador de la causa nacional, diciendo: "Todo indica que esto se acaba".

 Fuente
 labotellaalmar.com                                                          Alberto Buela

jueves, 23 de mayo de 2013

LA REVOLUCIÓN JUSTICIALISTA 1971




 "La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo"

Argentina - Juan Domingo Perón - La revolución justicialista (1971)

Realizado por el Cine de Liberación (Octavio Getino, Pino Solanas y Gerardo Vallejo) este documental histórico e inédito tiene un valor incalculable para la memoria e identidad de nuestro continente.

Autores Gerardo Vallejo, Pino Solanas, Juan Domingo Perón y Octavio Getino en Madrid, 1971.

Octavio Getino (León, 6 de agosto de 1935) es un director de cine, narrador e investigador de medios de comunicación y cultura argentino, de origen español, fundador del Grupo Cine Liberación y de la Escuela del Tercer Cine, junto a Pino Solanas y Gerardo Vallejo.

Vinculado al peronismo de izquierda, realizó con Solanas clandestinamente el documental La hora de los hornos (1969), sobre el neocolonialismo y la violencia en el país y América Latina. En 1971 la dupla se entrevistó con Juan Domingo Perón, exiliado en Puerta de Hierro, España. De este encuentro realizaron los documentales Perón, la revolución justicialista y Perón: Actualización política y doctrinaria para la toma del poder, los documentos audiovisuales más extensos de Perón, donde expone lo esencial de su pensamiento. En 1972 escribió y dirigió la película El familiar.

El Grupo Cine Liberación, del que Getino fue cofundador y principal teórico, fue parte del movimiento del Tercer Cine, del que formaron parte el Cine de la Base de Raymundo Gleyzer, el Cinema Novo brasileño y el Cine Revolucionario cubano, todos de corte antiimperialista. Proponían un uso del arte cinematográfico como herramienta política, fuertemente comprometido con los conflictos sociales y con la militancia.

                                                                    TribunaVirtual


"La caída del tirano Perón en Argentina es la mejor reparación al orgullo del Imperio y tiene para mí tanta importancia como la victoria de la segunda guerra mundial, y las fuerzas del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida, ni tampoco después de muerto".

Winston Churchill. Discurso en la Cámara de los Comunes 1955.

miércoles, 22 de mayo de 2013

EL EJÉRCITO Y EL PUEBLO

Las fuerzas armadas y los politiquitos
La democracia parlamentaria —en la que, en principio, creo—, es un régimen político que debería servir para mejorar el bienestar del pueblo y permitir la prosperidad de la nación. 
El problema estriba cuando la mediocridad, la frivolidad y la vulgaridad se apoderan del poder y en lugar de ser útil a la nación se usa para hacer experimentos de ingeniería social, para el provecho propio o para desintegrar el país.
Como ya he defendido en otras ocasiones, no todos los políticos son de la misma clase, y hay algunos, de izquierdas o derechas, serios y comprometidos, pero no son los más.
Y la prueba está que en el último barómetro del CIS la Guardia Civil, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas son las tres instituciones mejor valoradas por el conjunto de los españoles mientras los políticos y los partidos están entre las que menos.
Entiendo también lo que debe significar para un general del Ejército español tener que soportar con templanza y estoicamente tanta marrullería, tanta corrupción y tanto ataque a la nación. Imagino que debe de ser un verdadero ejercicio de serenidad constatar que España, con tantos años de historia, con un pueblo capacitado para asumir gestas históricas, con una riqueza cultural y lingüística envidiable y enormes posibilidades de futuro, está en manos de los que la quieren destruir, de impotentes perplejos, de livianos arribistas o de adúlteros de lo público.
La cuestión es: ¿conseguirán acabar con la nación? ¿Lograrán deteriorarla hasta hacerla irreconocible? ¿Hundirán a las clases medias? ¿Humillarán a los sectores populares?
De momento el consenso constitucional está a punto de quebrarse y la austeridad impuesta por Europa solo repercute en la población, Ni especuladores ni políticos pierden ninguna de sus prebendas. Puede haber administraciones triplicadas, miles de cargos públicos elegidos a dedo y despilfarro en temas secundarios, pero nadie toma ninguna decisión para que esto deje de seguir siendo así.
La gran mayoría de los ciudadanos de este gran país estamos asombrados de todo lo que está ocurriendo, pero aún lo estamos más de que no pase nada. Por ejemplo, apenas hay corruptos en la cárcel (y hay más de mil políticos imputados o investigados en estos momentos).
Y es que Europa no puede ser la justificación para no hacer nada, para no parar esta deriva, de forma legal y democrática. Y cierto es que quizás Europa también debería tener un ejemplo —lo hemos sido muchas veces en la historia— que permita a los ciudadanos de sus países actuar más allá de lo que los mercados, la progresía y el “buenismo” han impuesto en las últimas décadas.
Porque los especuladores, los corruptos, los burócratas y los enemigos de la tradición cultural europea son el muro psicológico que impide recuperar la libertad y la dignidad de las naciones de este viejo continente.
Pero para que la historia no siga la ley del péndulo, para que no se generen errores humanos y se respeten las leyes, es necesario que se actúe desde la sensatez y la moderación ideológica, pero también con la más absoluta de las firmezas.
Y es que si el pueblo y las Fuerzas Armadas se sienten unidos, la democracia parlamentaria puede regenerarse sin saltarse la legalidad vigente. Al contrario, solo es necesario que aquellos que se la saltan reciban la respuesta adecuada que hasta ahora nadie les ha sabido dar.
Si el pueblo y las Fuerzas Armadas —repito— se unen en defensa de la verdadera democracia parlamentaria, en poco tiempo tendríamos Políticos en lugar de politiquitos como la mayoría de los actuales.

Fuente                              Damián Ruiz
elmanifiesto.com                                                          S.P.Q.R

                                                                  

martes, 21 de mayo de 2013

EL SILENCIO DE LOS HÉROES



Por qué España ha olvidado a sus grandes héroes históricos

Cuando Henry Kamen presentó hace dos años su obra Poder y Gloria. Los héroes de la España Imperial (Ed. Espasa) se quejó de que en este país, por culpa de la falta de consenso a la hora de interpretar la Historia, se le ha negado a los héroes “un papel reconocible”.

Cierto es que nuestras referencias más importantes del pasado se nutren sólo de mitos, como El Cid, y algunos grandes marinos como Colón, Elcano o Magallanes (portugués al servicio de la Corona de España), pero nuestras lagunas,

 ¿se deben a una politización del pasado o, simple y llanamente, al olvido en un país poco interesado en su propia cultura?

El almirante Blas de Lezo es el autor de la gesta militar española más importante de toda la Historia. Al menos, cuantitativamente. Derrotó en Cartagena de Indias a una flota británica cuya magnitud no volvió a verse surcando los mares hasta el desembarco de Normandía. No encontrará el lector biografías publicadas de este marino hasta el presente siglo. En Cartagena tiene una estatua (en la foto), numerosas calles en Andalucía, el País Vasco, Canarias y la Comunidad Valenciana, pero en Madrid, la capital del Reino, no ha sido hasta 2010 que se le ha dado su nombre a una avenida. En Vicálvaro y por una iniciativa popular, una recogida de firmas.

En el boletín del Ayuntamiento en el que se anunció la medida también se otorgaban calles a personajes como Mario Moreno ‘Cantinflas’, Enrique Urquijo de Los Secretos, Imperio Argentina, Jesús de Polanco y hasta Coco Chanel, un variopinto saco de nombres que no deja de ser irónico y representativo del olvido en el que había caído el militar “de heroísmo inverosímil”, como dijo refiriéndose a él José María de Areilza, ex ministro de Exteriores en el marco de las celebraciones de 1992.

No obstante, hace un mes, se ha acordado de él Fernando Savater en El País. Y de su elogioso artículo se hizo eco también Esperanza Aguirre días después. El filósofo se sonreía, a la luz de la ferocidad en la batalla de Blas de Lezo, de que nadie se atrevería hoy día a “decirle a la cara a este vasco aguerrido que no era español”.

Y la ex presidenta de la Comunidad de Madrid le felicitaba por sus palabras en un artículo titulado El orgullo de ser españoles. Aquí está el ejemplo paradigmático de cómo digerimos la Historia. U olvido, o instrumentalización política. No caben estadios intermedios. Ahora sólo faltaría un telefilm sobre el almirante, atento a su biografía sentimental, para completar el círculo.

La ideologización de la historia

Guillermo López, profesor de Periodismo de la Universidad de Valencia, relaciona esta dinámica con la tendencia natural de los medios de comunicación a explicar la actualidad acomodando la Historia a su orientación ideológica, y no al revés: “La Historia es muy importante para forzar conciencias, por eso en los medios masivos aparece para, básicamente, tirarse los trastos a la cabeza.

En nuestro país los ejes están muy claros y diferenciados, son izquierda/derecha o separatismo/unionismo, pero en general la prensa no es muy consciente de la perspectiva histórica que adopta para estudiar las cosas”.

El ejemplo más evidente para este profesor es el de la Guerra Civil Española: “En los últimos veinte años ha ocurrido un hecho muy significativo, los historiadores han conseguido por fin contar las víctimas de la contienda, pueblo a pueblo, es un hito muy importante porque encima es información objetiva, pero no ha tenido un reflejo en los medios de comunicación, que han estado pendientes de la interpretación política del contexto, sumidos en polémicas que no han creado los historiadores.

De hecho, con esta clara instrumentalización, los periodistas han llegado a arrinconar a los profesionales de la Historia. César Vidal, un habitual de estos temas, por ejemplo, no publica porque sea un historiador, sino porque antes se ha destacado como periodista”.

De esta manera, los soldados españoles que participaron en la toma de París en la II Guerra Mundial o las gestas militares de la División Azul, si no son temas tabú, su consideración sí que está circunscrita al ámbito ideológico.

El consenso hay que encontrarlo en casos como el del diplomático franquista Ángel Sanz Briz, también prácticamente desconocido entre los españoles hasta que el presidente de Hungría, Arpad Gonzc, colocara una placa en su honor en Budapest. Después llegó un artículo en la revista especializada La Aventura de la Historia a finales de los 90, cuando se imprimió un sello de correos donde aparecía.

A su gesta, salvar judíos de las garras de Hitler por su cuenta y riesgo, nadie le pone peros ni interpretaciones interesadas, no como a otros hechos protagonizados por españoles en aquel periodo.

Las historias ocultas de la Guerra Civil

Esta falta de de consenso tal vez explique el hecho de que los personajes relevantes o héroes olvidados de nuestra Historia aparezcan presentados en trabajos realizados ex profeso. A menudo, como meras listas de nombres.

Al hilo de la Guerra Civil, destaca, por ejemplo, el libro Católicos del bando rojo (Styria) del investigador y periodista Daniel Arasa.

En sus páginas encontramos la historia del general Antonio Escobar Huerta.
El que terminara siendo Jefe del Ejército de Extremadura de la República mantuvo intacta la profesión de su fe durante los años de la guerra. La sublevación le sorprendió en Barcelona y se encontró luchando en el mismo bando que los anarquistas de la FAI que despreciaban y perseguían sus creencias. Ni renegó de ellas ni las ocultó. Escondió monjas en su casa y, tras curarse de las heridas que sufrió en la Batalla de Madrid, le hizo a Azaña una petición insólita: poder viajar a Lourdes a dar gracias a la Virgen.

La tendencia a denunciar el anticlericalismo de su bando ha conseguido ocultar la existencia de personajes de su perfil.

O como en el caso de Manuel de Irujo, ministro de Justicia de la República durante un tramo de la guerra, que evitó persecuciones de religiosos firmando una orden que sancionaba las acusaciones falsas y las denuncias por ser sacerdote, además de luchar para restaurar el culto en la zona controlada por el Gobierno republicano.

Otro personaje con una reputación cortada por el mismo patrón, que no encaja en los prejuicios que nos dictan los medios, que tienden a alimentarse de una polarización esquemática.

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España ha olvidado a sus grandes héroes históricos

lunes, 20 de mayo de 2013

LOS AMOS DE LA INFORMACIÓN



¿Quién está detrás de los medios de comunicación en España?

Los compañeros del blog  La mirada del mendigo han actualizado una interesante infografía sobre quiénes son los inversores de cada uno de los medios de comunicación existentes en España, es decir, quiénes son los propietarios y las empresas que los controlan.

Este documento está actualizado a julio de 2012 (enlace abajo) y en él se puede observar cómo han cambiado los porcentajes de participación en mucho de los medios respecto la primera infografía publicada el año pasado. La nueva edición se presenta ampliada, actualizada y corregida respecto a la anterior.

“En esta nueva edición de la infografía se incluyen medios como Diario Digital de Alfonso Rojo, Eldiario.es de Ignacio Escolar, Más Público y los extrabajadores de Público desde el grupo empresarial de Roures o El Plural y Enric Sopena. También aparecen nuevos inversores tales como George Soros, Carlos Slim y Rodrigo Rato”.

Según el autor del artículo “La gran mayoría de estos medios son deficitarios, y aún así los propietarios siguen manteniéndolos asumiendo las pérdidas como una inversión para lograr mayor influencia social y poder moldear, casi dictar, el pensamiento colectivo.”.

El artículo agrupa los medios en varias categorías:

Los controlados por grandes grupos internacionales: como Telecinco (cuya propiedad está bastante concentrada en Berlusconi), El Mundo (también propiedad italiana) o, sobre todo, Prisa, cuyo 50% pertenece desde marzo de 2010 a los Hedge Funds Liberty Acquisition Holdings y Special Purpose Acquisition Corporations (SPAC).

Grandes fortunas españolas: como el Grupo Z, el Grupo Godó o el Grupo Planeta del marqués de Lara. Por encima de todos ellos, el descomunal Vocento, propiedad de las familias de Neguri.

Empresarios de la construcción: sobre todo centrados en medios locales y regionales. En algunos casos, con notable éxito, como es el caso de Promecal, que va creciendo poco a poco creando un grupo mediático cada vez con mayor peso.

La Iglesia Católica: propietarios de la emisora de radio COPE y Popular TV, han hecho nuevas inversiones en la nueva cadena de televisión, 13TV.
        
 SABER+   ¿ Quién es quién ?

domingo, 19 de mayo de 2013

NUEVA YORK



Nueva York , de Enrique Jardiel Poncela

Una ciudad con dos ríos.
Chinos, negros y judíos
con idénticos anhelos.
Y millones de habitantes,
pequeños como guisantes,
vistos desde un rascacielos.

En el invierno, un cruel frío
que hace llorar. En estío,
un calor abrasador
que mata al gobernador
–que es siempre un señor con lentes–
y a los doce o trece agentes
que llevaba alrededor.

Soledad entre las gentes.
Comerciantes y clientes.
Un templo junto a un teatro.
Veintitrés o veinticuatro
religiones diferentes.

Agitación. Disparate.
Un anuncio en cada esquina.
“Jazz-band”. Jugo de tomate.
Chicle. “Whisky”. Gasolina.
Circunsición. Periodismo:
diez ediciones diarias,
que anuncian noticias varias
y todas dicen lo mismo.

Parques con una caterva
de amantes sobre la hierba
entre mil ardillas vivas.
Masas con fama de activas,
Pero indolentes y apáticas.
 “Estrellas”, actrices, “divas”
y máquinas automáticas.

 Oficinas sin tinteros:
con “Kalamazoos”, ficheros,
con nueve timbres por mesa
y con patronos groseros
de cara de aves de presa.

Espectáculos por horas.
“Sandwichs” de pollo y pepino.
Ruido de remachadoras.
Magos y adivinadoras
de la suerte y del destino.

Hombres de un solo perfil,
con la nariz infantil
y los corazones viejos;
el cielo pilla tan lejos,
que nadie mira a lo alto.

Radio. Brigadas de Asalto.
Sed. “Coca-Cola”. Sudor.
Limpiabotas de color.
Cemento. Acero. Basalto.
“Garages” con ascensor.
Prisa. Bolsa. Sobresalto.

Y dólares. Y dolor:
un infinito dolor
corriendo por el asfalto
entre un “Chevrolet” y un “Ford”.


"Y me definí a mí mismo no de un modo positivo, sino de un modo negativo. No me dije: yo soy esto, sino que me dije: yo no soy esto. Más claro; yo no me sentí hombre de «derechas», ni «fascista», ni «tradicionalista», ni «falangista», etc., etc. Yo me sentí únicamente anti-izquierdista de las izquierdas españolas. Y ello por puro patriotismo; por puro y exclusivo amor a España".
                                                Jardiel Poncela