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sábado, 8 de febrero de 2014

LA LIBERTAD EN LA FRANCIA ACTUAL



Francia: ¿problema real de libertades o doble estándar? 

Últimamente dos sucesos han desencadenado una viva polémica acerca de la libertad en la Francia actual, o más bien sobre la forma de “aplicar” esa misma “libertad”.

Realmente, una política más que contradictoria reina en el gobierno Hollande acerca de una cuestión sin embargo esencial para aquellos que toman decisiones en el Hexágono, esos que predican en todo momento su adhesión a los valores democráticos en todo el mundo.


De un lado, el 20 de diciembre pasado, nueva “acción” de las FEMEN. Una tal Elöis Bouton había representado el “aborto de Jesús” en la Iglesia de la Madeleine de Paris, delante de los presentes en la misa. Un “gesto”, si se lo puede llamar así, condenado por la comunidad de los creyentes, católica ante todo pero también por el resto de los grupos. El sacerdote de la Iglesia de la Madeleine, padre Bruno Horaist, presentó una demanda pero esta no tuvo consecuencias. Inna Schevchenko, cofundadora de la rama francesa de los FEMEN se ha atrevió incluso a bromear: “No ha pasado nada. Elöise no ha sido ni tan siquiera llamada a declarar.Esto muestra lo débil que es la Iglesia en Francia”.

Monseñor Vingt-Trois, arzobispo de Paris, ha lamentado la escasa reacción en el nivel más alto del estado y sobre todo de Manuel Valls, ministro del interior y de cultos… Ha hecho falta esperar al 7 de enero para que la responsable de ese acto sea por fin puesta bajo arresto, en el comisariado del Distrito 8 de Paris. Sin embargo, conociendo el amor de las autoridades francesas por ese movimiento abiertamente extremista, las FEMEN no tienen verdaderamente por qué preocuparse en cuanto a su futuro en suelo francés.

No puede decirse lo mismo del humorista franco-camerunés Dieudonné, presionado más que seriamente y sobre todo por el mismo Manuel Valls, tan silencioso ante la actividad de las FEMEN (incluso partidario), pero que, en el caso de Dieudonné, convierte en asunto prácticamente personal impedir a todo precio los espectáculos del talentoso comediante.

¿El crimen de Dieudonné? Se ha convertido desde hace ya varios años en el enemigo y la bestia negra del lobby sionista en el suelo francés. Y esto, evidentemente, ningún representante del poder francés puede perdonarlo. Pero si se ve la verdad frente a frente, el humorista atrae muchas más simpatías por parte de la población que las famosas sextremistas, algunas de ellas call-girls en sus ratos muertos…

Para volver a Dieudonné, si se le cree a Valls, se trata de un peligroso extremista que atiza el odio en la sociedad. Un “extremista” sin embargo apreciado por numerosos representantes de la sociedad francesa, ya se trate de franceses de siempre, ya de los surgidos de la diversidad. Así muchas asociaciones, sobre todo de jóvenes nacidos en los suburbios, han expresado abiertamente su apoyo a Dieudonné frente a la hipocresía de los que tienen el poder en Francia.

Efectivamente, nos damos cuenta,una vez más, de la aplicación prácticamente no velada de un doble estándar, en un tema considerado como sagrado en la República Francesa: la libertad. Un valor que supuestamente no se negocia. 

Y sin embargo, en la Francia actual se ve de nuevo que esa “libertad” no se le concede a todo el mundo de la misma manera, en función del “tema” abordado. Algunos de los que más lecciones dan hablan también de otro, la igualdad, valor “inquebrantable” de la Quinta República. 

Pero ese valor tiene un doble sentido y claramente no todos son tan iguales. Desde el momento en que cuando un pseudo-movimiento, financiado por fuentes oscuras, ataca una Iglesia e insulta abiertamente a los creyentes, ya sean cristianos o musulmanes, se habla de “libertad de expresión”. Pero cuando se ataca a un lobby racista, intolerante y ultra poderoso, se convierte en un paria a eliminar a cualquier costo..


 Fuente                                   Mikhail Gamandiy-Egorov

tribunadeeuropa                                         La Voix de la Russie     

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El “enemigo público” del establishment francés

viernes, 7 de febrero de 2014

LA ESCLAVITUD EN LA AGRICULTURA



La agricultura en Europa

Desde el Gran Ghetto de Foggia, donde llegan a vivir miles de personas en condiciones inhumanas, hasta los invernaderos de Almería, donde trabajadores se hacinan y viven en los propios invernaderos. En Europa impera un mismo sistema de explotación que permite a europeas y europeos acercarnos en cualquier época del año cualquier hortaliza al plato.

Pero en esta ecuación algo falla: ni los trabajadores, ni los consumidores, ni los propios dueños de los terrenos se benefician de esta situación. 


¿Quién impone entonces este sistema? ¿Quién es el que sale beneficiado? 

Y una pregunta más importante aún: ¿cómo podemos hacer para mejorar la calidad y precio de lo que consumimos y a la vez evitar la explotación de seres humanos en la industria agroalimentaria?.

Fuente
rebelion.org

Siempre los ricos que dan en liberales hallan quien canonice sus desafueros y califique por buenos sus malos gustos.” 
                                          Miguel de Cervantes

jueves, 6 de febrero de 2014

EL RETORNO AL CAMPO



NEORRURALES, NEOTRADICIONALES

La vuelta al campo, pensada hasta sus últimas consecuencias, nos lleva a recuperar los valores tradicionales y la fe de nuestros mayores. Y, ya de paso, el distributismo.
El fenómeno neorrural surgió en los años 60, sobre todo en Francia y en California. Inicialmente estaba vinculado a los movimientos contraculturales de la época que huían del capitalismo y la creciente sociedad de consumo y aspiraban a fundar en el campo pequeñas comunidades desmonetarizadas. Se consideran neorrurales todas aquellas personas que abandonan la ciudad y se instalan en el medio rural con un proyecto de vida alternativo. La motivación es principalmente ideológica. Se distingue así de las personas que, como ocurre en la actual situación de crisis, se dirigen al campo en busca de un coste de vida más barato (ver nuestro post: Abraza la tierra). Los neorrurales suelen retomar oficios tradicionales para ganarse la vida. Por eso se habla también de neocampesinos o de neoartesanos.
La migración neorrural es el movimiento inverso al éxodo rural que tuvo lugar durante las revoluciones industriales. En los tiempos del éxodo, los  agricultores tuvieron que desplazarse a las ciudades en grandes masas para trabajar en las nuevas fábricas movidos por la necesidad. Allí se convirtieron en proletarios, la carne de cañón del capitalismo industrial. Los neorrurales son normalmente jóvenes de clase media que salen voluntariamente de las ciudades y se instalan en el campo para huir de la masificación, el mercantilismo, la burocratización, los libros de Belén Esteban y el menú King Ahorro.
En la jerga neorrural se habla de “retorno” al campo. Pero los neorrurales son chicos de ciudad. Por eso, en realidad, se trata de un regreso espiritual a los “valores del campo”, en contraposición a los “valores urbanos”. Son valores (idealizados) como la naturaleza, la simplicidad voluntaria, la comunidad, las costumbres, la artesanía, las relaciones intergeneracionales, los alimentos orgánicos, y el tiempo lento.
Las corrientes de pensamiento neorrurales se sitúan (legítimamente) en la izquierda política. En concreto, en la izquierda ecologista o altermundista. Sin embargo, nosotros creemos que los “valores del campo” y, por tanto, el fenómeno neorrural, pensado hasta sus últimas consecuencias, es más coherente con una cultura conservadora o tradicional.
Quienes forman esta izquierda heterodoxa y post-industrial son los hijos descreídos del “proletarianismo” (término que Chesterton dedicaba al capitalismo consistente en la acumulación de todo el capital en unas pocas manos). Han descubierto que los marxistas se equivocaron al adoptar (con signo opuesto) el mismo pensamiento economicista de las élites capitalistas que combatían y que el socialismo no era más que capitalismo de Estado.
Esta izquierda heterodoxa pretende romper con la mercantilización y el uso de un imaginario economicista. Pero esta izquierda no puede devolver al hombre a la tierra. Está incapacidad para completar la des-proletarianización porque carece de una visión trascendente del hombre.
El hombre de campo que entró en las fábricas de la revolución industrial traía consigo el respeto a un orden natural y la añoranza de un mundo bien hecho. Esta cosmovisión iba mucho más allá de la búsqueda de una vida sencilla y el  respeto al medio ambiente, propias del pensamiento ecologista a secas. El vínculo tradicional del hombre al campo se basaba en un amor fecundo a la tierra de sus padres y también en una fe heredada que daba a sus comunidades un sentido de unidad y de trascendencia. No es casualidad que en todas las casas de pueblo hubiera un “Ave Maria” en la puerta o una reproducción de la Sagrada Cena.
La izquierda heterodoxa sólo puede ofrecer un sucedáneo de ese mundo bien hecho porque no restaura el sentido espiritual del hombre y del pueblo ni cree en la existencia de un orden natural que nos sirve de guía. Si no retoma el orden rural cristiano, el urbanita que vuelve a empuñar la azada y quiere huir del frenesí mercantil es un individuo que sigue alienado porque no ha recuperado el alma que le robaron en las fábricas. No es un neocampesino, es un campesino a medias.
Sólo el pensamiento conservador o tradicional, entendido como un orden natural o una no-ideología, puede devolver al hombre a la naturaleza, tal y como pretende el movimiento neorrural.
El verdadero camino neorrural es el distributismo, una hermosa doctrina olvidada que se funda en las instituciones de la familia y la propiedad, pilares básicos de un recto orden de la sociedad humana. El distributismo aspira a volver al territorio, restaurar la pequeña propiedad privada, fortalecer el arraigo de una familia con su tierra y recuperar los lazos de comunidad. Esta doctrina es medio siglo anterior al fenómeno neorrural y ya advertía de los males tanto del capitalismo industrial como de la reacción del socialismo industrial. Sus planteamientos son mucho más auténticos y radicales (en el sentido de que van a la raíz del problema) que cualquier subproducto que pueda ofrecer la izquierda post-moderna.
Como dice Juan Manuel de Prada en su legendario artículo El distributismo es aplicable hoy“el trabajador, al ser también propietario, recupera el amor por la obra bien hecha y vuelve a mirar a Dios, al principio de cada jornada, con gratitud y sentido de lo sagrado, santificando de veras sus quehaceres cotidianos”. Y añade respecto a esta doctrina:
Algunos la juzgarán una sociedad utópica; yo la juzgo perfectamente realizable, en un tiempo como el presente». «Sólo hacen falta católicos radicales e intrépidos, con poco que perder (el soborno del mundo) y mucho que ganar (la vida eterna)»
Esos católicos existen. Basta mirar las experiencias de la Patagonia (Volver a la tierra) o el New Catholic Land Movement en Estados Unidos.
No sólo es posible refundar el distributismo en el siglo XXI. Es tan necesario como el aire que respiramos.
Fuente       
lacasaenelarbol         
 Nota: en el título del post hemos utilizado el término “neotradicional” como licencia literaria. Lo tradicional no es lo antiguo, sino lo actual o lo permanente. Por eso, lo neotradicional no existe, sino que es una contradicción en los término.

miércoles, 5 de febrero de 2014

NI IZQUIERDAS NI DERECHAS




Francisco: ni socialista ni liberal

En los primeros días de enero apareció un artículo firmado por el teólogo brasileño de la teología de la liberación, Leonardo Boff, hablando sobre el Papa Francisco y su concepción de la economía, vinculándolo con el economista socialista húngaro Kart Polanyi (1896-1964).
En principio pensamos escribir algo pero, preferimos guardar silencio, para no menear el asunto y así, la mentira a designio e interesada de Boff, muriera por su propio peso.
Pero como nunca falta un buey corneta, apareció en estos días el artículo de un periodista canadiense, haciéndose eco del artículo de Boff y cantando loas a Polanyi y haciendo aparecer a Francisco como su discípulo amado.
Si bien nosotros no somos “franciscólogos” como hoy aparecen tantos, pero conocemos de visu la trayectoria intelectual de Francisco, estamos obligados a afirmar que la crítica del Papa al liberalismo y a la economía del capitalismo salvaje no nace ni se apoya en el socialista Polanyi sino en el menos renombrado y más telúrico nacionalista argentino, el cura Leonardo Castellani (1899-1981).
Francisco conoció y trató al “Chesterton del castellano” según lo apodaron en España. Fue comilitón de él por ser también jesuita. Y castigado también como él por el superior de la orden. Hijo de “gringos” como él. A Francisco lo rescata de su ostracismo en Córdoba para llevarlo al arzobispado de Buenos Aires, el cardenal Antonio Quarracino, quien fue quien rescató públicamente al cura Castellani.
La crítica al liberalismo capitalista de Francisco encuentra su último fundamento en la realidad tal como es y como él la ve. Pero, el antecedente que hay que tener en cuenta es la crítica de Castellani, que es de donde se nutre Francisco.
Los trabajos de Jerónimo del Rey, tal uno de sus pseudónimos, sobre el liberalismo son inúmeros y así en su inmensa producción se suceden libros, artículos, folletos y conferencias. Sus críticas están hechas desde todos los ángulos: filosófico, político, teológico, económico, social y cultural.
La diferencia entre Castellani y Polanyi es abismal. Mientras que el santafesino propone restaurare omnia in Christo el húngaro propone un socialismo cristiano. Esto es, combatir al liberalismo capitalismo con pecesitos colorados nadando en agua bendita.
Leonardo Boff sabe esto y sabe de las graves limitaciones del socialismo cristiano para combatir al capitalismo, pero usa la figura de Polanyi para llevar agua para su molino: hoy los teólogos de la liberación se quieren salvar con Francisco. El que no sabe es el mamarracho canadiense (de apellido Rabilotta. Se presta para el versito) que quiere pegar a Francisco con socialismo cristiano sin haber estudiado, mínimamente, los pasos en la formación del Papa.
La periodista del diario La Nación de Argentina, Elisabetta Piqué, una especie de viuda intelectual del Papa Francisco, hoy 21/1/14 cuenta que “cuando fue creado (el verbo correcto designado) cardenal en febrero de 2001, prefirió mandar arreglar el hábito de su predecesor el arzobispo Antonio Quarracino, antes que degastar (el verbo correcto es malgastar) unos 1000 euros para mandarse hacer uno nuevo”.
Es que el principio de austeridad es el fundamento último para poder combatir con éxito la sociedad que consumo, pues como decía Hegel: el consumo es infinito.
Y la idea de vivir austeramente es lo que tiene metido Francisco hasta el tuétano, y en esto Polanyi está pintado, está demás, sobra. Esa austeridad raigal le viene de los gringos de sus padres que con una mano atrás y otra adelante vinieron a la Argentina ante la imposibilidad de ser plenamente hombres en Italia. Le viene del ideario de San Ignacio, Le viene, en definitiva, de la figura emblemática para él: San Francisco de Asís.
Ex cursus
El escrito de Boff es tan jodido que termina afirmando que “el Jesús histórico que actualiza Francisco, no tiene nada que ver con el cristianismo proselitista”, cuando, por el contrario, la lucha real y concreta de Francisco es, frente a la marea arrolladora del evangelismo en sus distintas variantes, recuperar los fieles para la Iglesia.
Fuente                                                      Alberto Buela
disenso

"De hecho, la Iglesia, desde sus comienzos, y quizás especialmente en sus comienzos, no fue tanto un principado como una revolución contra el príncipe de este mundo".  
                                             GK.Chesterton

martes, 4 de febrero de 2014

EL DÍA DE LARES



Pedro Albizu Campos: La historia de un patriota portorriqueño 

Pedro Albizu está de actualidad especialmente porque el desfile boricua de Nueva York que se celebrará el 11 de junio de este año y que es la concentración de hispanos más importante de EEUU (con un millon de participantes) estará este año dedicada a Pedro Albizu. Esto ha causado la indignación de EEUU que está intentando boicotear el acto de forma inútil ante el entusiasmo puertorriqueño con este patriota.

Pedro Albizu Campos nació el 12 de octubre de 1891 en Ponce (Puerto Rico), hijo natural de Alejandro Albizu y de Juana Campos, si bien su padre no lo reconoció hasta que no terminó su instrucción secundaria.

Fue a estudiar leyes en 1912 a Vermont con una beca, pero en 1913 pasó a Harvard, donde se graduó con Alto Honor.

Durante la I Guerra Mundial estuvo en el Ejército de los Estados Unidos y en 1921 regresó a Puerto Rico a trabajar como abogado, comenzando entonces su activismo político.

Consideró que la situación de colonialismo que sufría su país respecto a los Estados Unidos era algo que debía acabar para recuperar la dignidad y el orgullo de su patria sometida. Por ello ingresó en 1924 en el Partido Nacionalista siendo elegido vicepresidente ese mismo año.

Por encargo de su partido viajó en 1927 por varios países de Hispanoamérica para recabar la solidaridad con el proyecto de recuperar la independendencia, y a su regreso en 1930 fue elegido presidente del Partido.

A partir de entonces, Albizu le dió a este colectivo un marcado carácter revolucionario, influido por las ideas del régimen italiano, primero, y del nacionalsindicalismo español, más adelante.

De hecho, en 1932 participó en las elecciones para no presentarse más a unos comicios y actuar de forma más contundente y apartándose tanto del marxismo independentista como de los valores que propugnaba el neoliberalismo capitalista.

Eso imprimió un carácter especial al Partido Nacionalista que ponía a la Patria puertorriqueña como ideal supremo.

En 1934, los trabajadores de la caña de azúcar se pusieron en huelga y Estados Unidos empezó a culpar de ello a Albizu, apresando al líder nacionalista en 1936, condenándolo por pretender derrocar por la fuerza al gobierno norteamericano tras la muerte del coronel Riggs.

El 21 de marzo de 1937 acontece la Masacre de Ponce, cuando la Policía, por orden directa del gobernador impuesto por los Estados Unidos, dispara indiscriminadamente contra los miembros del Partido Nacionalista y los Cadetes de la República (camisas negras) que se disponían a manifestarse pacíficamente.

Tras este acto de terrorismo de estado que realizó el gobierno norteamericano, los líderes nacionalistas con Albizu a la cabeza fueron trasladados a Atlanta.

En 1947, el líder independentista regresó a Puerto Rico y los miembros de su partido empiezan los preparativos para una lucha armada que diera con la independencia del país.

El 30 de octubre ocurre la revuelta frustrada que incluyó un atentado a harry S. Truman, y si bien no se pudo probar que Pedro Albizu organizara esta revuelta, se le culpó en cualquier caso por ser el cabecilla del movimiento independentista.

Fue encarcelado y en 1953, el gobernador puertorriqueño, Luis Muñoz Marín, le indulta. Un año después varios independentista entran en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos para protestar por la situación colonial de Puerto Rico, y Albizu es de nuevo encarcelado hasta el 15 de noviembre de 1964 en que fue de nuevo indultado dado su grave estado de salud.

Durante este tiempo, fue utilizado por el Ejército para experimentar en él los efectos de la radioactividad. Con grandes dolores, llagas en todo el cuerpo y un cáncer que le consume, sale libre para morir en Hato Rey el 21 de abril de 1965.

Su entierro fue el más concurrido de la historia de Puerto Rico, ya que los puertorriqueños reconocieron la noble lucha de este patriota por sus ideales que iban más allá de cualquier ideología y ponían a Puerto Rico como único objetivo de su lucha inconclusa.
 

 Fuente                      !ARRIBA PUERTO RICO LIBRE!
 arbil.org

lunes, 3 de febrero de 2014

RUBÉN DARÍO A ROOSEVELT



A Roosevelt


¡Es con voz de la Biblia, o verso de Walt Whitman, 
que habría que llegar hasta ti, Cazador! 
Primitivo y moderno, sencillo y complicado, 
con un algo de Washington y cuatro de Nemrod. 

Eres los Estados Unidos, 
eres el futuro invasor 
de la América ingenua que tiene sangre indígena, 
que aún reza a Jesucristo y aún habla en español. 

Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza; 
eres culto, eres hábil; te opones a Tolstoy. 
Y domando caballos, o asesinando tigres, 
eres un Alejandro-Nabucodonosor. 

(Eres un profesor de energía, 
como dicen los locos de hoy.) 
Crees que la vida es incendio, 
que el progreso es erupción; 
en donde pones la bala 
el porvenir pones. 
No. 


Los Estados Unidos son potentes y grandes. 
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor 
que pasa por las vértebras enormes de los Andes. 
Si clamáis, se oye como el rugir del león. 
Ya Hugo a Grant le dijo: «Las estrellas son vuestras». 
(Apenas brilla, alzándose, el argentino sol 
y la estrella chilena se levanta...) Sois ricos. 
Juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón; 
y alumbrando el camino de la fácil conquista, 
la Libertad levanta su antorcha en Nueva York. 

Mas la América nuestra, que tenía poetas 
desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl, 
que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco, 
que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió; 
que consultó los astros, que conoció la Atlántida, 
cuyo nombre nos llega resonando en Platón, 
que desde los remotos momentos de su vida 
vive de luz, de fuego, de perfume, de amor, 
la América del gran Moctezuma, del Inca, 
la América fragante de Cristóbal Colón, 
la América católica, la América española, 
la América en que dijo el noble Guatemoc: 
«Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América 
que tiembla de huracanes y que vive de Amor,  
hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive. 
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol. 


Tened cuidado. ¡Vive la América española! 
Hay mil cachorros sueltos del León Español. 
Se necesitaría, Roosevelt, ser Dios mismo, 
el Riflero terrible y el fuerte Cazador, 
para poder tenernos en vuestras férreas garras. 

Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!

       Rubén Darío 1904

domingo, 2 de febrero de 2014

ESTÁ ALZADA UNA NUEVA BANDERA



¿Es Rusia la nueva referencia?
Ha acontecido un fenómeno extraordinario: por primera vez desde hace tiempo, un líder de relevancia mundial realiza afirmaciones que no gustan a los gurús de la ideología dominante.
Escuché en una ocasión decir a alguien que la situación en el mundo es tan confusa para aquellos que defienden el orden tradicional que ya “ni siquiera sabemos si somos de los nuestros”. 
Esto, en realidad, es una gran falsedad porque lo que hay que defender está bien claro. Cosas como la patria, la familia o la fe en Dios han constituido la sangre misma de Occidente durante siglos, aunque ahora la Unión Europea venga a explicarnos en su Constitución que Europa se debe al pensamiento Ilustrado.
Algo similar puede decirse de la casi totalidad de dirigentes occidentales: para ellos, la cosa no tiene color y debe apostarse sin condiciones por la “emancipación” moderna. Pero en la chusca afirmación de más arriba, lo que se oculta en verdad es un grave problema de liderazgo social e incluso político. Dicho de otro modo, la confusión crece porque nadie ve alzada una bandera ni un líder con el suficiente carisma para que millones escuchen su voz, para que esos millones de occidentales, que existen y que son ignorados sistemáticamente, dejen de pensar que lo que ellos creen lo creen solo unos pocos.
Ahora resulta que ha acontecido un fenómeno extraordinario: por primera vez desde hace tiempo, un líder de relevancia mundial realiza afirmaciones que no gustan a los gurús de la ideología dominante. Esta, y no otra, es la razón por la que una y otra vez se ve atacado en los medios. Su nombre es Vladimir Putin. La prensa occidental le presenta como una especie de neo-estalinista, que sistemáticamente machaca a la oposición.
Esa prensa está siempre ávida de cualquier crítica que un marginal pueda realizar en no se sabe que foro o circunstancia. 
Ellos, con la lupa de sus cárteles mediáticos, ya se encargan de magnificar la importancia de dicho sujeto al tiempo que minimizan o sencillamente obvian a la mayoría contraria. Así, cuando tres niñas bobas, denominadas “Pussy Riot” ofendieron a millones de rusos profanando la Catedral de San Basilio, la prensa occidental distorsionó los hechos presentándolo como un grave atentado a la libertad de expresión.
Olvidaron que, cuando la ofensa es en otro sentido, todo un sistema de censura, con alcance penal, se pone en marcha para aplastar, casi literalmente, al autor de los hechos. Así, se tolera en nombre de la libertad de expresión la ofensa al sentimiento religioso de millones de rusos pero ¿se toleraría en ese Occidente bienpensante la profanación de una mezquita o una sinagoga? Seguro que no. Y esto es tan cierto como que en la mayor parte de los países occidentales existen leyes penales contra la “discriminación” de los extranjeros.
Naturalmente, no de los autóctonos, los legítimos dueños del país. En consecuencia, la condena de las “Pussy Riot” por parte del Estado ruso puede interpretarse como un acto de defensa de la “discriminación” de los nacionales, que no quieren verse condenados a ser ciudadanos de segunda en su propio país. ¿Cuál es la razón para no entenderlo de este modo? Dicha razón no existe salvo en un sentido: en la citada ocasión, el acto punitivo llevado a cabo por el Estado ruso no era conforme a la ideología dominante, que profesan la casi totalidad de los países europeos.
Sin embargo, se obvia a menudo que dicha ideología dominante procede de arriba, de los centros de poder, y no “del pueblo” como muchos pretenden. 
Por el contrario, en el seno del pueblo ha hecho falta grandes inversiones en propaganda para vencer resistencias. Y esto es lo que precisamente ha señalado el presidente Putin, en su discurso en el Kremlim en diciembre pasado, que tuvo lugar en el XX aniversario de la Constitución rusa. Putin dijo que defendería a Rusia contra la “tolerancia asexuada e infértil” que iguala “el bien y el mal” y añadió: “En muchos países hoy en día, las normas morales y éticas están siendo reconsideradas; las tradiciones nacionales, las diferencias de nación y cultura están siendo borradas”.
Según Putin, “ahora están requiriendo no sólo el reconocimiento adecuado de la libertad de conciencia, opinión política y de la vida privada, sino que también están solicitando el reconocimiento obligatorio de la igualdad del bien y del mal, que son conceptos inherentemente contradictorios”
En el meollo de su discurso, Putin señaló que “la destrucción de los valores tradicionales desde arriba” que está ocurriendo en todo el mundo es “inherentemente antidemocrática porque está basada en ideas abstractas que van en contra de la voluntad de la mayoría de la gente”. Por el contrario, más y más personas en todo el mundo están apoyando la “defensa de los valores tradicionales” de Rusia.
No es de extrañar que el patriarca ortodoxo Kirill, se sentara al frente y al centro en la primera fila de la intervención. Tampoco es de extrañar que en junio pasado la Duma aprobara una ley para prohibir la propaganda homosexual entre los menores de edad, con 436 votos a favor, una abstención y ningún voto en contra. También en junio, otra ley aprobada en la Duma prohibía la adopción a las parejas de homosexuales. En este sentido, Putin ha abogado por modificar los acuerdos bilaterales con Francia en materia de adopciones, una vez que el presidente Hollande ha impuesto, pese a las gravísimas protestas sociales, el matrimonio homosexual y la posibilidad de adoptar niños por parte de éstas parejas. Otras leyes han sido promulgadas por la Duma para prohibir la secesión del país o para aplastar el terrorismo que en Rusia es especialmente sanguinario.
Ahora surge la pregunta: ¿Quién es más “demócrata”, Hollande que impone a sangre y fuego una opinión no compartida por amplios sectores de la sociedad, sin posibilidad siquiera de un consenso, o Putin que protege y respeta el modo de vida multisecular de su pueblo? 
¿Es más “demócrata” el gobierno del Partido Popular que, contra todo atisbo de justicia, se pliega servilmente a la sentencia infame del Tribunal de Estrasburgo o Putin que promete acabar con los terroristas sin la más mínima concesión? A muchos no nos cabe duda de la respuesta y por eso debemos ser conscientes de que los países “de nuestro entorno” no pueden seguir siendo una referencia si defendemos ciertas ideas. En cambio, otros países habitualmente considerados “lejanos” pueden reflejar en su política y en su orden social los anhelos de una amplia mayoría hoy sin voz, traicionada una y otra vez por los políticos al uso.
Personalmente, me consta que millones de españoles se sentirían más cerca de Putin que de Rajoy, especialmente entre los votantes de este último, pero también entre todos aquellos que tienen fe nula en nuestras instituciones y que no participan de los festejos que cada cuatro años se escenifican para que cierto estado de cosas siga exactamente igual o incluso peor.
Con todo esto no queremos decir que Rusia esté exenta de problemas, pero lo que está claro es que apelar a la “alianza transatlántica” o a la “tradicional amistad” con “las democracias”, no tiene que significar forzosamente algo, según de lo que se esté hablando. Es más: puede ser una absoluta majadería o, peor aún, un sutil intento de estafa ideológica. 
Nuevas alianzas y nuevas ideas son necesarias para regenerar el edificio tambaleante de la nación que hemos recibido en herencia.
Fuente                                              Eduardo Arroyo