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sábado, 27 de septiembre de 2014

LA DISCIPLINA DE MERCADO



                               
¡Qué suerte la nuestra: trabajamos más por menos dinero!

A Díaz Ferrán, el ex-presidente de la patronal española recién detenido por alzamiento de bienes y blanqueo de dinero, al menos le debe quedar ese consuelo: esa fue su recomendación cuando aún era presidente de la patronal y embajador del esfuerzo y la honestidad empresarial frente a unos sindicatos –y, por extensión, unos trabajadores- a los que implícitamente tachaba de avariciosos y vagos. Esa fue una de sus perlas mientras no pagaba a sus trabajadores ni a la seguridad social y se dedicaba a saquear a sus empresas

Ahora al menos, desde la cárcel, podrá sentirse orgulloso de lo premonitorias que fueron sus palabras.

Otra cosa es que esa receta sirva de algo para salir de la crisis. Los que piensan como Díaz Ferrán y algunos más no tan a la derecha del espectro ideológico dirán que sí; que como España no puede devaluar su moneda para volverse competitiva tiene que hundir sus costes laborales y controlar su inflación (lo que se llama una deflación interna) para incrementar sus exportaciones y sustituir, así, la demanda interna de los españoles por la demanda externa del resto del mundo. Es decir, y dicho en román paladino, se trata de abaratar nuestros productos a costa de empobrecer a nuestros trabajadores. De esta forma lograremos que en el resto del mundo compren lo mismo a menor precio y así, además, las empresas extranjeras se sentirán atraídas a invertir en España y a explotar a sus trabajadores, bien disciplinados por el temor a perder el trabajo en una economía con una tasa de desempleo del 25% porque, aunque pueda sonar conservador, ya se sabe que es mejor un salario menguante que ninguno. 

De alguna manera, estamos haciendo bueno aquello que decía la economista británica Joan Robinson acerca de la explotación en los países subdesarrollados: hay algo mucho peor que no te exploten y es que ni siquiera quieran explotarte o, lo que es lo mismo, que seas absolutamente prescindible, como trabajador y como consumidor, para el capitalismo.

Pero tranquilos, no se alarmen, que no van por ahí los tiros sino que vamos por el buen camino: la disciplina del mercado nos está haciendo tremendamente atractivos para la explotación a costa de empobrecer masivamente a la mayor parte de la población, a los desempleados por razones evidentes y a los que mantienen su puesto de trabajo por la vía de reducirles los salarios hasta límites de supervivencia.

En efecto, los costes laborales en España han caído casi un 10% desde que se inició la crisis y la productividad ha aumentado en un 4%. ¿Qué bien, verdad? Pues sí, porque, al parecer, eso nos permite ser “competitivos” o, lo que es lo mismo, explotables (y es que yo, llámenme clásico si quieren, prefiero esta última expresión).

Sin embargo, detrás de esa presunta competitividad se esconden otras realidades que no debemos obviar. No podemos dejar de considerar que estamos siendo competitivos y mucho más productivos gracias a que tenemos ya, según estimaciones de Eurostat, seis millones de desempleados que ni tienen trabajo ni en el año próximo, que también será de recesión, esperan tenerlo.

Pero también somos competitivos porque según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística, en 2011 el 44% de los trabajadores españoles empleados por cuenta ajena o por cuenta propia era mileurista, es decir, tenía ingresos mensuales brutos inferiores a 1.218 euros y la cosa no pinta mucho mejor para el año que está a punto de concluir. De hecho, este año, como consecuencia de que los incrementos salariales pactados en los escasos convenios colectivos que se están cerrando están muy por debajo de la tasa de inflación (el 2,9%), estamos siendo sometidos al mayor ajuste del poder adquisitivo de los salarios de la historia democrática de este país.

Así no es de extrañar que, como se denuncia en este estudio de la Fundación 1º de Mayo, más del 30% de las personas ocupadas de este país sean ya trabajadores pobres (working poors), es decir, en estos momentos y en este país trabajar no es sinónimo de bienestar o de inclusión social sino que es perfectamente compatible con la pobreza. De esta forma, y según ese mismo estudio, España es el tercer país de la Unión Europea, tras Rumanía y Grecia, con mayor índice de trabajadores en hogares pobres. Y la cosa ya es de traca si nos centramos en los trabajadores por cuenta propia que viven en hogares pobres: en ese caso, el porcentaje de “emprendedores” que se encuentran en esa situación supera el 41% del total.

Lo que es curioso es que, a pesar de que los salarios estén cayendo de esta manera tan abrupta y que, por tanto, ello se traduzca en un crecimiento negativo del índice del coste laboral, tal y como recoge el INE, la inflación esté aumentando de esta manera. Algo casa mal con el discurso repetido machaconamente de que hay que contener los salarios porque eso repercute negativamente sobre la inflación y de ahí que perdamos, nuevamente, competitividad. La variación del índice intertrimestral de coste laboral armonizado con la UE cayó en septiembre en un -0,3% y, sin embargo, la inflación se encuentra disparada en estos momentos en el 2,9%. 

¿Sorprendente, no?

O quizás no tan sorprendente si entendemos que, al tiempo que los trabajadores son sometidos a brutales ajustes salariales, laborales y sociales las empresas (llámenlas el capital, si prefieren, en términos clásicos) están aprovechando su situación de poder para incrementar sus beneficios. ¿Que no me creen?

Pues basta con saber que, por primera vez en la historia económica de este país, los beneficios superan a los salarios en la distribución de la renta o, si lo quieren más claro, este año pasado los asalariados “contribuyeron” a la competitividad de este país perdiendo 26 mil millones de euros mientras que los empresarios lo hicieron ganando 12 mil millones de euros. Pareciera como si los beneficios no fueran, también, una parte del precio y no se pudiera ser más “competitivo” ajustando los márgenes de beneficios.

Dicho todo lo cual, qué quieren que les diga: si para que el país sea más competitivo sus trabajadores deben ser más pobres, casi mejor que emigremos a China, que al menos allí esos dilemas los tienen más que resueltos.

Fuente                                  Alberto Montero Soler

Alberto Montero Soler (@amonterosoler) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y presidente de la Fundación CEPS. Acaba de publicar junto a Juan Pablo Mateo el libro "Las finanzas y la crisis del euro: colapso de la Eurozona", en Editorial Popular. Puedes leer otros textos suyos en su blog La Otra Economía.

viernes, 26 de septiembre de 2014

LA VERDAD HISTÓRICA




Sobre la leyenda negra

Sobre la Leyenda Negra trata de analizar, cuestión a cuestión, cada uno de los hitos y temas que conforman no sólo un género historiográfico construido a partir de dicho rótulo, sino también un prisma a través del cual se reconstruye negativamente la Historia de España dando como fruto una ideología de indudables repercusiones en el presente de la nación española. 

El resultado de este análisis no es una leyenda rosa de signo contrario pero igualmente legendaria, sino un retrato, el de la identidad histórica de España, que permanece deformado por la transformación caricaturesca que sobre la misma produce la Leyenda Negra. Este libro permite así obtener una imagen de España más ajustada a la realidad histórica. Una realidad histórica que resulta ser, a la postre, bastante más favorable a España de lo que muchos piensan.

                                                        Iván Vélez


Todo lo que ha sucedido desde el maravilloso descubrimiento de América ha sido tan extraordinario que le historia le parecería increíble a cualquiera que no háyala vivido de primera mano. En verdad, parece ensombrecer todas las acciones de la gente famosa del pasado, sin importar que tan heroicas éstas hubieran sido, y silenciar toda habla de otras maravillas del mundo.” 
                                               
                                   Fray Bartolomé de Las Casas

jueves, 25 de septiembre de 2014

"ENEMIGAS DEL PUEBLO"



Mujeres en la cárcel de hielo
Las narraciones de la vida en los campos de trabajo en la Unión Soviética. 
Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn y Los cuentos de Kolimá de Varlam Shalámov figuran entre los relatos más célebres de supervivientes del Gulag. Por lo general, las memorias de las mujeres prisioneras son menos conocidas, pero ofrecen al lector una mirada nueva e inolvidable sobre una época histórica aterradora.
 Además de los numerosos horrores hay también historias sorprendentes e inspiradoras de amor y amistad, resistencia e ingenio. Estos extremos se muestran con todo lujo de detalles, vívidos e inolvidables, en los libros escritos por mujeres que sobrevivieron a los campos de trabajo.
 “La página más sangrienta de nuestra historia”
GULAG era en un principio un acrónimo que significaba Dirección General de Campos de Trabajo, pero llegó a significar todo el sistema de encarcelamiento y trabajos forzados que Stalin amplió en 1929 y que siguió creciendo hasta su muerte en 1953. 
Anne Applebaum, en su extenso libro “Gulag: Historia de los campos de concentración soviéticos”, considera que entre esos años “dieciocho millones de personas aproximadamente fueron sometidos a este sistema masivo” junto con otros millones de individuos obligados a emigrar. Las condiciones eran terribles; la tasa de mortalidad era elevada. Pero “al final”, escribe Applebaum, “las estadísticas nunca pueden describir del todo lo que ocurrió”.  Sólo podemos comenzar a entender el sufrimiento que encierran los números leyendo los relatos de primera mano de los supervivientes.
La rusa Tamara Petkevich pasó siete años presa en campos de trabajo. En sus “Memorias de un actriz del Gulag”, de carácter autobiográfico, menciona a un oficial del NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) que acabó en prisión. “La página más sangrienta de nuestra historia se proyectó con fuerza en la conciencia de este funcionario”, escribe Petkevich. Deambulaba murmurando decretos para disparar, exiliar o arrestar a “todas las mujeres de Moscú” y finalmente corrió como un loco con un hacha, amputando miembros mientras “chorros de sangre salían a borbotones hacia todas partes”. Una doctora finalmente le detuvo y le preguntó con con voz autoritaria: “¿Dónde está el veredicto? ¿Cuándo consultó al tribunal?”. Este episodio demente funciona como metáfora microcósmica de una era insensata.
Yevguenia Ginzburg, profesora en Kazán, tuvo que soportar pasar dieciocho años en el sistema penitenciario de campos soviéticos. En sus memorias “El vértigo” describe detalles mundanos que ponen de manifiesto el horror cotidiano, como lavar su sujetador sobre la tina de las gachas o zurcirlo con espinas de pescado “extraídas del guiso de la noche”.
En paréntesis, como si no fuera algo digno de remarcar, escribe sobre el momento en que una mujer pacífica, tranquila, llamada Nadia, se derrumba sobre el suelo helado, una “tarde púrpura en Kolimá”, en la Siberia ártica. El guardia pincha su cuerpo con el rifle y le grita que se levante hasta que una de las otras prisioneras le indica que está muerta.
Sexo y partos
Abrumadas por la desoladora vida en los campos de trabajo, algunas mujeres encontraron la manera de intercambiar favores sexuales con los funcionarios de los campos para obtener comida y condiciones de vida mejores. No todas, sin embargo, sucumbieron a esa tentación, que llevaba a ganarse el desdén y la hostilidad de las otras compañeras.
“Sus manos azules, congeladas, con sus dedos engarabitados, se estiraron hacia mí”, escribe Ginzburg. Cuando le ofrecen dinero a cambio de sexo, comenta irónicamente que antes sólo se había encontrado con el tema de la prostitución en tanto que problema social o recurso teatral.
Las escritoras de memorias a menudo habían sido arrestadas por razones políticas, en virtud del infame artículo 58 del Código Penal. Marcada como “hija de un enemigo del pueblo”, Petkevich fue arrestada con apenas veinte años en 1943. Mujer hermosa, fue objeto de frecuentes asaltos sexuales. Cuando rechazaba al jefe del departamento de cultura y educación, él bramaba: “Te pudrirás. Te arrastrarás a mis pies en busca de ayuda…”.
Petkevich describe a continuación cómo eran separadas las madres de sus hijos y recuerda a una prisionera desnuda “maldiciendo y gritando que estaba de nuevo embarazada y que tenían que permitirle quedarse con su hijo”. Los guardias se la llevaron al barracón de castigo “desde donde sus gritos siguieron llegando hasta nosotras durante mucho tiempo después”.
“La felicidad de las prisioneras”
En contra de toda expectativa, algunas de las historias que emergen del Gulag trascienden la brutalidad. Orlando Figes, en su conmovedora historia epistolar “Just Send Me Word”, documentó la relación entre Lev y Sveta después del encarcelamiento de Lev. Sveta lo puso todo en riesgo para visitarlo y enviarle cosas de primera necesidad. Las 1.500 cartas que se enviaron son un homenaje al espíritu humano.
La amistad más famosa del Gulag se fraguó entre Ariadna Efron, hija de la poetaTsvetáieva, y Ada Federolf, cuyas memorias se publicaron juntas en un único volumen titulado “Trabajos no forzados”. Efron escribió en una carta que su relación con Federolf había “aguantado la prueba de diez años viviendo en unas condiciones cuyas dificultades vosotros, por suerte, a duras penas podríais imaginar”. Federolf describe su placer al encontrarse con Ariadna de nuevo después de una separación. “Aquí está la felicidad de los prisioneros, la felicidad de encontrarse simplemente con una persona”.
Varias memorias describen el uso de los golpeteos cifrados para comunicarse entre celdas. Cuando Ginzburg finalmente descifra los saludos de su vecino, pacientemente repetidos, ella “experimenta su felicidad” a través de las losas de piedra de la pared. Para Ginzburg “no hay amistades más fuertes que las hechas en prisión”. La literatura también se convertía en una mano amiga que salvaba del desespero. Ginzburg recita poesía rusa, compone y memoriza sus propios poemas preguntándose: “¿En qué confiar / cuando todo son mentiras?”.
Petkevich, que llegó a ser actriz, primero con una compañía de teatro que hacía giras por los campos de trabajo y finalmente en el mundo exterior, a menudo comenta el poder del arte. Las historias que recitaba se convertían en “más poderosas que mi propio sufrimiento”. En un concierto celebrado en un campo penitenciario “toda la sala se puso a llorar… Nos habíamos olvidado de cómo sonaba la música”.
Fuente                                              Phoebe Taplin
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miércoles, 24 de septiembre de 2014

VERDADES INCÓMODAS



Ocho falsos mitos del independentismo que no leerá en prensa catalana

El Gobierno y su partido deben responder a la mentira con verdad, a la ruptura con firmeza y a la agresión con dureza. Tiene que quedar claro que cualquier intento secesivo será anulado.

En estos días de tanto fervor constitucional por un lado y tanto neopatriotismo neocatalán por otro, habría al menos 155 razones para argumentar ante unos y otros que el enfrentamiento es demencial o cuando menos está pésimamente planteado. Pero cuando se enfrentan intereses ocultos que quieren seguir siéndolo, y lo hacen manipulando propaganda, mentiras, sentimientos y buenas voluntades de masas cuidadosamente deformadas durante mucho tiempo para llegar a este punto, se da la tentación de la impotencia. La Diada catalanista es sólo una ocasión más de comprobar la debilidad de la verdad y la cercanía de abismos impensables. 

Sin embargo, ya que los medios del régimen ignoran desde su origen la manifestación en Tarragona de Sociedad Civil Catalana, como ignoran que la resistencia de 1714 fue "por la libertad de toda España" y toda explicación positiva, y ya que España entera se ha empapado de falsos argumentos de unos y de otros, quizá más que dar razones para la verdad lo que necesitemos sean respuestas breves para las sinrazones de las mentiras. A modo de venablos para quien quiera defender España contra las dos opciones que fingen enfrentarse. 

1. No es una cuestión de interés económico catalán. España no roba a los catalanes, ni a Cataluña como tal; ante todo, porque Cataluña es España y cambiarse la cartera de bolsillo no sería un robo. Pero no hay tal robo porque sólo gracias a toda España la burguesía catalana y por defecto la región ha llegado a su actual riqueza relativa; y porque el saldo de intercambios y fiscal, si consideramos la riqueza por habitante, es favorable a las cuatro provincias, como lo ha sido desde el franquismo. Ser España no ha empobrecido a los catalanes, dejar de serlo sólo beneficiaría a una pequeña parte de la casta política, social y económica. 

2. Mucho menos es una cuestión de "no conveniencia". Es irritante escuchar a autoridades, notables e intelectuales que tienen el deber de defender a España hablar en tono comprensivo a CiU y a ERC diciéndoles que "no conviene a la economía catalana" la independencia. Nunca se ha usado de peor manera un argumento más absurdo. El independentismo no existe para crear riqueza, ni la gente de la calle se hace independentista por un cálculo económico. El apoyo social al independentismo es sentimental, es educativo, es propagandístico, es decir que depende de muchas cosas que no son la economía. Cifrar la lucha contra el independentismo en una pacata explicación económica es o una estupidez, o una pura colaboración con el enemigo, o quizá las dos cosas. En todo caso, implica no saber de qué estamos hablando. 

3. No es una cuestión de más o menos democracia. Para un catalanista, Cataluña existe independientemente de la voluntad popular, que será sólo en el mejor de los casos un reflejo social de una realidad. Ellos mismos relativizan su referéndum: si se celebrase y venciesen, sería un argumento; si perdiesen, no van a renunciar ni a su plan ni a su visión de las cosas. No son sinceramente demócratas, o no lo son de modo absoluto. Por de pronto, imponen el sujeto de la decisión democrática (una Cataluña que jamás ha sido sujeto soberano), mientras que lo que se está decidiendo es el futuro de toda la nación española. 

4. Tampoco España es por ser democracia. Y tampoco el conjunto de los españoles puede decidir en esta materia. España no existe o deja de existir porque lo digan los españoles de hoy, ni una mayoría de ellos. Es un mal argumento referir la decisión a la voluntad popular española de 2014, porque lo que se está decidiendo es la vida de una comunidad popular proyectada en los siglos de la que los españoles de hoy somos sólo depositarios temporales. No valen plebiscitos ni para decidir sí ni para decidir no. 

5. Cataluña no es Escocia. España no es Gran Bretaña. Hasta 1707, y con muchas guerras y algunos reyes compartidos, Escocia e Inglaterra fueron reinos distintos con instituciones diferentes. Su Unión que creó el Reino Unido fue la adición de dos sujetos previamente soberanos, con una constitución dispersa o no escrita, en la que la secesión cabía y cabe. Por eso ni el referéndum británico de septiembre tiene nada en común con el proyecto catalanista de noviembre… ni la posición previa de Cataluña nada en absoluto con la del primer reino de los Estuardos

6. En 1714 no terminó ninguna soberanía. El 11 de septiembre la Generalitat celebra con dinero público español eso que llaman la Diada. ¿Y qué es? 300 años de la caída de Barcelona a manos de las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión, una guerra civil española e internacional europea en la que dos candidaturas optaban a heredar al rey Carlos II, con catalanes en los dos bandos y queriendo ambos poseer la monarquía hispana, y no dividirla. 

Sólo una manipulación catalanista post mortem de la historia y de las aulas ha convertido aquello en un imposible intento de secesión. Mentira sobre mentira, aunqueHenry Kamen lo llame más prudentemente en España y Cataluña "desinformación" sobre el pasado, "mal estudiado por los historiadores y sistemáticamente distorsionado por ideólogos, políticos y periodistas". De hecho, los catalanes creían antes y creen hoy esencialmente en su mayoría lo mismo "la creencia en la unidad de España, pero también en la esencia y el carácter particular del pueblo catalán". Pero si a una mentira secular y sentimental no se responde o se responde a gusto de Pedro Arriola pasan estas cosas. 

7. Cataluña no es una ley. Cataluña no es España por derecho de conquista en 1714, porque no hubo tal conquista. No lo es al morir Juan II y convertirse Fernando el Católico en rey de Aragón, básicamente porque ya lo era, y ambos reyes eran de la catalanísima dinastía de los… Trastámara. No lo es en el Compromiso de Caspe de 1412, porque todos los miembros de la Corona de Aragón aceptaron un rey, como ya lo habían tenido antes. Sencillamente, en ningún momento Cataluña es un reino, ni un espacio soberano con ningún nombre; y ha participado en todas las empresas hispanas desde que Roma, los visigodos, la Reconquista y la expansión exterior dieron a la vieja Hispania una personalidad a la vez unida y variada. Todo eso no lo da ni lo quita una ley, sea el Estatuto o cualquier invento por venir. 

8. España no es una Constitución. Del mismo modo, España no es un invento de 1978. España no existe porque unos cuantos políticos luego corruptos se pongan de acuerdo en sus conveniencias; porque España ya era. Por eso es un error, quizá bienintencionado pero error, referir la defensa de la Unidad a la defensa de esta Constitución. España es antes de ella, y Cataluña como parte constitutiva, y la experiencia de siglos nos hace pensar que más durará España que su actual forma legal, salvo que alguien quiere divinizarla en su propio provecho.

Artur Mas, como todo el nacionalismo, miente en lo que dice y se equivoca en lo que hace. En su caso, además, en provecho económico de CiU. Todas sus razones pueden ser como vemos desmontadas. Y si las palabras no bastan (cosa que no sabemos, porque los medios oficiales y oficiosos no lo han intentado aún), el Estado dispone de los medios legales y materiales, pese a los recortes, para imponer la unidad a cualquier precio. Si quedase clara su voluntad no haría falta hacerlo. Aún no es así, y eso hace temer un año complicado. 

Mariano Rajoy quizá hable en beneficio de su partido y sus intereses cuando dice a los suyos que "elijamos el campo de juego, que para el PP es el relato económico", convirtiendo sus éxitos materiales en su única voz. El interés de la nación española no es ese. El Gobierno y su partido deben responder a la mentira con verdad, a la ruptura con firmeza y a la agresión con dureza. Sólo si queda claro que cualquier intento secesivo será anulado Rajoy cumplirá con su deber. Creo, además, que el PP dejaría así de perder votos, pero parece que Arriola prefiere en eso nutrir a Podemos. No dudo de su inteligente progreizquierdismo, pero en Cataluña tiene entre manos una responsabilidad histórica de esas que luego queman.


Fuente                                          Pascual Tamburrini
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martes, 23 de septiembre de 2014

FUERA DE LA LÓGICA VIRTUAL



El debilitamiento del estado-nación y los nuevos movimientos sociales

Este articulo intenta analizar cómo los nuevos movimientos sociales, muchas veces a traves de Internet y de las redes sociales, afectan el ejercicio de la democracia y las relaciones políticas.

Concretamente investiga cómo Internet y las nuevas tecnologías contribuyen a la acción política, promoviendo la reapropiación de los espacios públicos y el restablecimiento de la vida pública. Así se distancian de la tendencia al alza de la esfera privada observada durante el siglo XX. Por otra parte, en tanto que las redes sociales amplían las posibilidades de interacciones humanas, hemos tratado de demostrar como afectan el ejercicio de los derechos de expresión y de reunión, provocando reflexiones sobre los tradicionales conceptos e instituciones jurídicas –por ejemplo, en el voto y en la democracia representativa.
Finalmente tratamos de imaginar formas de organización política en las que los ciudadanos vivan juntos, minimizando la distinción entre gobernantes y gobernados. También se buscan la construcción de un espacio donde la libertad se convierta en una realidad visible y tangible (Arendt). Pues en la actualidad, ese espacio público no se limita a la plaza, el lugar de la urbe tradicionalmente abierto a las personas, sino que también inncluye Internet como “aldea global” virtual.
Podemos formular el problema político por antonomasia en la actualidad en función de en que forma, las conexiones entre las personas, pueden constituir un foro para la discusión pública entre iguales. Pues se trata de un foro capaz de estimular el ejercicio público de las libertades fundamentales, como el derecho de reunión y de manifestación. En otras palabras, las nuevas herramientas de comunicación pueden jugar un papel importante contra la arbitrariedad y el abuso del poder gubernamental a través de la creación de esferas virtuales y fomentado la reocupación de espacios reales en los que los ciudadanos puedan participar de manera más directa en las decisiones sobre los asuntos públicos.
Crisis economica y surgimiento de los nuevos movimientos sociales
El Mayo del ’68 fue una revuelta planetaria, aunque su momento más radical fue cuando la huelga general impulsada por estudiantes, intelectuales y obreros hizo tambalear al gobierno de Francia. Pero a pesar de esa significativa diferencia, no se puede reflexionar sobre el significado de esta revuelta simplemente reduciéndola a un solo país. Existe pues una especificidad francesa del ’68, pero que se inserta en el marco de un movimiento más general (Cohn-Bendit) y –como hemos dicho- planetaria. Además hay, sorprendentemente, ningún partido o sindicato pudo convertirse en cabeza visible del movimiento, ni ningún programa se impuso totalmente sobre los otros. Más que una tentativa de toma de poder, lo que se dio fue un rechazo a la sociedad de consumo y a la forma de vida imperante. 

En los años ’70 y ’80 se desarrollan –sobre todo en Occidente, pero no en exclusiva- varios movimientos que destacan revolucionariamente aspectos concretos –antes menospreciados- de la vida social: derechos étnicos, feminismos, ecologismos, movimiento hippie etc. Aparecen pues nuevas politizaciones que no siempre se ligan a los movimientos políticos tradicionales y, además, superan los bloques a un lado y otro del muro de Berlín. Significativamente, cuando cae dicho muro y la URSS, Fukuyama proclama el Fin de la Historia y Lyotard la caída de los “metadiscursos”.
Por otra parte, desde mediados de los años Ochenta, en gran parte de los países avanzados”, una serie de servicios básicos hasta entonces considerados necesarios y universales, caen bajo la lógica del capitalismo. Entonces los gobiernos fueron cediendo a las presiones de las empresas globales, privatizaron progresivament muchos servicios esenciales y olvidaron sus responsabilidades –adquiridas democráticamente- con vistas al mantenimiento del Estado del bienestar. El abandono de tales funciones por parte del Estado conlleva el declive de su autoridad en la actualidad. Gran parte del papel del Estado ha sido sustituido por las grandes multinacionales que, con sistemas a menudo ilegales, mantienen firmemente en sus manos el poder, independientemente de la posición de los partidos políticos.
En consecuencia, la creciente brecha entre la globalidad del poder económico y las limitaciones de los instrumentos de acción política, provocan la desagradable sensación defalta de poder público”. Además alimenta la desconfianza para con la política nacional, pues se muestra incapaz, a fecha de hoy, de gobernar el complejo fenómeno de la globalización.
Por otra parte, se ha creado una sociedad muy estratificada en la que las mejores oportunidades están reservadas para élites cada vez más reducidas, marginando grandes masas de población a papeles subordinados. Los jóvenes están condenados a vivir en su propia la piel la paradoja de una sociedad liberal y progresista que, al mismo tiempo, es feudal, está estructurada en castas y se muestra inextricablemente ligada a la inseguridad.
Es en este contexto de crisis político-económica que se han constituido nuevas subjetividades e identidades políticas, más o menos sustanciadas que cabe asociar a los llamadosNuevos Movimientos Sociales”. Pero –como hemos apuntado- para comprenderlos también resulta imprescindible atender a la nueva protagonista: la Red. A partir de los años ’90. Internet ha permitido que las nuevas tecnologías establezcan una acelerada interconexión que tiene grandes efectos en la reconstrucción de la intersubjetividad. La ruptura de los Nuevos Movimientos Sociales con los movimientos clásicos se relaciona con las nuevas formas de comunicación y las nuevas tecnologías que permiten a una gran difusión de los nuevos movimientos.

Por ello, el nuevo sujeto social y político está ahora inevitablemente vinculado con la distancia, y con los jóvenes (que suelen hacer un uso masivo de las nuevas tecnologías). Las Primaveras Árabes, mostraron cómo las redes sociales permiten hacer política de forma diferente y cómo el anonimato y la difusión cambian los equilibrios de poder. Dilucidaremos cómo estos movimientos reticulares se relacionan con los poderes fácticos y, en qué medida, unos y otros se copertenecen e interaccionan.
La crisis económica post 2008 conlleva también una crisis de los valores democráticos dentro de la democracia. Ello ya se anunció en aquél mayo del 1968 y representa uno de los puntos centrales que comparten los NMS. Los miembros de esos movimientos coinciden en su aspiración a una nueva forma de hacer mucho más horizontal y asamblearia. Se presta especial atención a la inclusión como sujetos políticos de personas habitualmente dejadas al margen y se comprende la revisión constante de la forma, de la mecánica de la participación como sello del avance democrático, dado que sólo desde el cambio en las estructuras se consiguen cambios en los resultados. Se busca combatir la crisis democrática de las instituciones a través de movimientos locales que fortalecen la implicación del individuo en la esfera política. Se constituyen nuevas entidades más abiertas, comunicadas y participativas que permiten dar voz a todas las particularidades existentes en la actualidad.
Movimientos como el 15-M en España, los Piratas en Alemania, los 5 Estrellas en Italia, los ecologistas y los cooperativistas en muchos países generan formas de participación alternativas y nuevas relaciones. Ante lo que algunos consideran el derrumbe de las formas de Estado y de políticas tradicionales, se abren todo un abanico de opciones ligadas a las tecnologías y a las subjetividades actuales. Habrá que pensar cómo son, cómo se constituyen y cómo se relacionan estas nuevas entidades sociales llamadas NMS y cómo conciben el poder, la política, la sociedad…
Ahora bien, estos movimientos podrían encontrar importantes obstáculos en su heterogeneidad organizativa y de objetivos (ecologistas, de género, culturales, políticos, de protesta etc.), e incluso en sus relaciones con los partidos y sindicatos tradicionales. Al fin y al cabo, hasta el momento siempre se han impuesto las élites. Los individuos en nuestras democracias representativas han sido considerados más como votantes que como tomadores de decisiones. Por otra parte, la democracia directa es difícil y -aunque cuando fuera posible- quizás no es del todo deseable, ya qué el procedimiento de consulta no ha permitido, por lo menos hasta ahora, el debate y su resultado ha sido a menudo muy decepcionante.
Las acciones iniciadas en Internet están permitiendo la expresión pública de los derechos políticos fuera del entorno virtual, sorprendiendo y causando dificultades a las instituciones políticas tradicionales. Tal sorpresa nace de que los acontecimientos desafían la idea, hasta ahora dominante, que las nuevas tecnologías de comunicación provocarían la fragmentación de las relaciones humanas. Pero no olvidemos que los actuales conflictos políticos con las autoridades establecidas resulta de movilizaciones que contrarrestan la lógica intrínseca de las democracias representativas organizadas bajo los paradigmas dominantes hasta el siglo XX.
Fuente                                     Cristiano Procentese

lunes, 22 de septiembre de 2014

LOS BRICS


Otra globalización es posible

Brasil, Rusia, India, China y Sudafrica acuerdan establecer un Banco Mundial de Desarrollo. ¿El origen de un nuevo orden mundial?

El pasado mes de julio los países integrantes del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) afianzaron su unidad geoestratégica con un acuerdo dirigido a la reestructuración del actual orden internacional: la creación de un Banco de Desarrollo Mundial. La importancia de esta nueva institución financiera es doble. En primer lugar, fomentará los intercambios en yuanes frente al actual monopolio del dólar en las transacciones internacionales. Como explicaba la sección Ante la China de esta misma revista a propósito de este acuerdo, la hegemonía del dólar americano, sujeto a la voluntad de impresión de billetes por parte de la Reserva Federal, refuerza la posición internacional de Estados Unidos.
Instaurado durante la Guerra Fría y reforzado tras el derrumbe del área de influencia rusa envolvente a sus satélites soviéticos, el monopolio del dólar en las relaciones internacionales ha sentado los cimientos del imperialismo useño. En un primer nivel, la capacidad de devaluación artificiosa de la moneda que de hecho sirve de patrón para las transacciones internacionales ha permitido a EEUU mantener ventajas comerciales, instaurar un férreo proteccionismo económico, e influir en las políticas monetarias de sus socios y rivales, desde Japón a la zona euro. Por otro lado, la potencia militar useña y sus dólares han ido de la mano a los más remotos rincones del mundo, desde la América hispana a base de paridades y golpes de Estado, hasta el Asia Menor, donde los llamados petrodólares han servido para instaurar reyezuelos de islamismo más o menos fundamentalista pero dispuestos a reinvertir el dinero generado por la venta de petróleo en su país de origen, Estados Unidos, en forma de compra de armamento o infraestructuras. Por último, pero no menos importante, el dólar ha servido a EEUU para mantener embridado el crecimiento económico chino, cuyos beneficios por exportaciones a la economía consumidora estadounidense retornaban a EEUU en forma de compra de bonos del Estado por parte de China. China compra esa deuda pública a sabiendas de que parte no será pagada y otra parte lo será con beneficios menores a los de la inflación, pero sabiendo también que su propia economía exportadora depende de que EEUU mantenga su capacidad de consumir a medida que disminuye su capacidad de producir (y, por tanto, de generar ganancias) en beneficio de China.
En segundo lugar, el Banco de Desarrollo Mundial, para el que los países fundadores aportan una cantidad total de 50.000 millones dólares, aspira a ofrecer posibilidades de financiación a países en desarrollo alternativas a las que actualmente ofrecen las instituciones existente (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, etc.). Esto permitirá a los BRICS controlar las deudas de estos países y elaborar sus propios criterios políticos de concesión y condiciones de devolución, aspecto cuya importancia política no escapa a nadie (el último episodio del impago argentino ha convertido en comedia la tragedia del corralito de 2001).
Los líderes de los países implicados han presentado la creación de este Banco como el primer paso hacia el establecimiento de un nuevo orden mundial. Los comentaristas oscilan entre el desprecio, el entusiasmo y la prudencia, a menudo dependiendo de sus propios intereses o de los de sus mecenas. Por recoger la máxima altermundista de tantos movimientos anti-globalización, parece que «otro mundo es posible.» La pregunta es, ¿hasta qué punto se puede afirmar que estamos ante el rompimiento del viejo orden mundial y el nacimiento de otro?
Prómacos responde que ese otro mundo sólo será posible si efectivamente se realiza. Por supuesto, sólo el paso del tiempo permitirá dentro de unas decenas de años evaluar en su justa medida los acontecimientos actuales y es absurdo fingir que nos podemos situar en alguna plataforma futura desde la que juzgar los tiempos presentes. Pero sí se puede afirmar que, al contrario que aquellas alegres y festivas contra-cumbres que anunciaban revoluciones cósmicas a golpe de timbal, conferencia y asamblea, esta vez va en serio. La diferencia es simple: los Estados que están impulsando este «nuevo orden» tienen potencia económica y militar para organizar una alternativa real, como en su día lo fuera la Unión Soviética. En concreto, es China quien está enseñando los dientes y dejando claro que está en posición de atraer hacia su órbita a descontentos como Rusia, gigantes como India, emergentes como Brasil e influyentes como Sudáfrica. El Banco tendrá un pie en todos los continentes exceptuando Europa y Oceanía; pero su sede estará en Shanghai como centro de esta nueva alianza retadora.
Como argumentó Gustavo Bueno en La vuelta a la caverna. Terrorismo, guerra y globalización (Ediciones B, 2004), los ideólogos de la globalización y los de la anti-globalización comparten una idea mitológica de globalización que la sitúa en el desarrollo más o menos autónomo de la economía capitalista como si ésta existiera al margen de los Estados que la sostienen. Esta idea se basa en otra igualmente mitológica, la Humanidad entendida como el sujeto político de partida autodeterminado: la «sociedad global.» Más bien, la Humanidad sólo puede darse como el producto de una totalización operatoria efectuada desde alguna de sus partes. Es decir, la globalización económico-política que tuvo lugar en el siglo XX, como las anteriores, fue en realidad el resultado de las estrategias envolventes de varios Estados.
En efecto, el rótulo «capitalismo internacional» se refiere, antes que a un modo de producción definido abstractamente por la propiedad privada de los bienes productivos o la existencia de trabajo formalmente libre, a un equilibrio dinámico de economías políticas nacionales construido históricamente por los procesos industrializadores y bélicos de los últimos 200 años. El triunfo de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial permitió sentar las bases de este equilibrio en los países del bloque capitalista a medida que el Plan Marshall y la descolonización afianzaban el papel del tío Sam como primera potencia. Tras 1991, la extensión de este sistema al otro bloque vencedor en la Segunda Guerra, la URSS, llevó a algunos a creer que estaban ante el fin de la historia, ante un orden establecido indefinidamente y al que sólo quedaba sacar decimales: acabar con la pobreza mundial, extender la democracia, proteger el medioambiente mediante economías sostenibles…y poco más.
Tras los famosos atentados del 11-S de 2001 y la crisis financiera mundial iniciada en el 2008, es muy difícil seguir hablando en términos del fin de la historia y se han multiplicado las voces de quienes anuncian el fin de la primacía estadounidense. Los recientes movimientos por parte de los BRICS serían un claro paso en ese sentido.
Sin embargo, no debemos dejar que las ideas confusas distorsionen los acontecimientos. Ni aquel «orden» establecido en 1945 era tan estable e incorrupto como el término sugiere ni, por supuesto, era tan «mundial» como se da a entender. Tanto el imperio yanqui, con impulsos expansivos, como el centrípeto chino, dispuesto a sufragar económicamente la adhesión política de países deseosos de recibir sus inversiones y comprar sus productos manufacturados, deben tratar de controlar los movimientos tectónicos de las plataformas geopolíticas a escala global. Pero este control nunca puede ser total ni indefinido en el tiempo. Por tanto, el mundo geopolítico después de este importante acuerdo es el mismo que el anterior a él, un mundo en lenta y constante transformación marcada no por un destino universal previamente fijado, sino por la determinación mutua entre las fuerzas existentes en él y los proyectos globalizadores alternativos que, al ser múltiples y contrapuestos, forman equilibrios sumamente inestables. A veces, las crisis de estos equilibrios se resuelven por la guerra.
Fuente                                       Grupo Promacos

domingo, 21 de septiembre de 2014

BASTA DE GUERRA




Rusia, el entendimiento necesario para todosy para España

Sólo los enemigos de una España libre o de una Europa fuerte quieren una nueva guerra en Europa. Rusia no es enemiga de Bruselas ni de Madrid. Los intereses de Washington son otros.

La tensión abierta y no resuelta en Ucrania, como antes en ChecheniaOsetia o Abjasia, y en general en todos los territorios con población o intereses rusos fuera de sus actuales fronteras, ha dejado pendientes las diferencias de opinión sobre entre ambas partes. La Unión Europea y el presidente Vladimir Putin han acordado muchas veces planes comunes para luchar contra el terrorismo y para impulsar el intercambio de información. Estos acuerdos se enmarcaban hasta el giro del golpe de Estado indoloro de 2014 en Kiev en una creciente cooperación a todos los niveles.

La cooperación económica es buena para la UE, especialmente sus socios orientales, y también para Moscú. Con la diferencia de que Rusia tiene otras opciones y Europa probablemente no, o a un precio muy alto. La ampliación oriental de la Unión Europea no supuso antes una barrera al acercamiento entre unos y otros ¿Ahora sí? Quizá el mayor problema es que la formación intelectual y la independencia de criterio de muchos líderes políticos se está situando al nivel de la inmensa mayoría de los opinadores profesionales del circo, zoco y lupanar de las tertulias televisivas, donde nadie sabe nada pero todos hablan de todo. ¿No han visto ustedes a los mismos opinar una cosa en Gaza y a la vez la contraria en Ucrania?


Ucrania ahora, como antes Crimea, es en apariencia un obstáculo, dada la discrepancia de puntos de vista. Europa, contra algunas opiniones interesadas, no toleraría una ruptura de la unidad nacional rusa, y menos en beneficio de un vacío institucional y de la creación de espacios abiertos al tráfico de personas, de sustancias y de terrorismo. Europa habla de que Rusia respete los derechos humanos. De hecho, Rusia pide lo mismo a Europa, y a las actuales autoridades centrales de Ucrania.

En todos los aspectos, un acuerdo Europa - Rusia conviene a ambas partes y parece inevitable. El añejo y antes espinoso problema de Prusia podría resolverse pronto con simple sentido común y buena voluntad, por ejemplo. El distrito ruso de Kaliningrado, coincidente con el Norte de Prusia Oriental, capital Königsberg, está envuelto en territorio europeo al ingresar en la UE Polonia y Lituania. 

Nadie discute que aquella región sea rusa, y a todos conviene su bienestar. Hay ya "un documento de tránsito simplificado" entre todas las personas que necesiten un permiso para viajar entre Rusia y este enclave suyo. La cooperación consular y la lógica demográfica y económica harán el resto: Kaliningrado podrá ser una ventana de Rusia, y un paso más de Moscú hacia la UE.

La cuestión no está en quién es o no es Europa. 


Hace más de una década, unas declaraciones de Valéry Giscard d´Estaing sobre la distancia insalvable entre Turquía y Europa parecía una advertencia indirecta a Rusia.Pero Giscard hablaba de Geografía Humana, y en ese terreno es muy cierto que un ruso de Vladivostok es por su origen, por su cultura y por su vocación esencialmente europeo, mientras que un turco de Constantinopla –diga lo que diga la Geografía Física- es por definición ajeno a Europa. Rusia es Europa, y en una inteligente convergencia residen muchas esperanzas para unos y para otros.

La verdadera cuestión –que afecta en realidad tanto a Ucrania como a España, tan lejana sólo en apariencia- está en articular esa vecindad. Una UE militarmente fláccida, políticamente inoperante, económicamente obsesionada –y necesitada de comerciar compulsivamente-, demográficamente agónica por la doble partida de la natalidad y de las migraciones, es la Europa que más conviene a los grandes focos extraeuropeos de poder. 

Hoy, Estados Unidos, que quiere una Rusia aislada, una Europa sumisa y una tensión mundial. Mañana, quizá, China, que quiere o querrá una Rusia indefensa y una Europa estéril, opulenta y compradora. Se trata, todos, de adquirir la independencia moral de que se carece, España, hoy, la que más. 


Y no hay ni Prusia ni Donbass que lo valgan. Putin lo sabe; Juncker Margallo, no lo se.

Fuente                                            Pascual Tamburri