En su permanente lucha contra el pasatismo —uno de los múltiples neologismos acuñados por la vanguardia futurista para referirse al inmovilismo ideológico y a la improductiva perpetuación de los valores tradicionales—, Filippo T. Marinetti situó a España en su punto de mira.
Entre las acciones propagandísticas antipasatistas más significativas, se encuentra su irrupción el 8 de julio de 1910 en la Torre del Reloj en Venecia, un lugar que para el líder futurista representaba un símbolo que había que derrocar. Su colega Aldo Palazzeschi recordaba aquel polémico suceso en el que, estando la plaza de San Marcos completamente abarrotada, se lanzaron unos 800.000 panfletos —o eso al menos hicieron creer— del Manifiesto futurista a los venecianos (1910) de Marinetti, Boccioni, Carrà y Russolo, con lo que se suscitó el asombro y la indignación de los presentes. A toque de trombón y mediante un megáfono, proclamó su manifiesto contra la antigua ciudad veneciana, decrépito nido de enamorados y turistas, expresión máxima del esbonismo y la imbecilidad universal.
Esperando que nuestro país no cayera en el mismo error que los venecianos, en ese mismo año Marinetti publicó «expresamente para Prometeo» su Proclama futurista a los españoles, un texto traducido por Ramón Gómez de la Serna (bajo el seudónimo de Tristán) y precedido por un breve prólogo del español, entusiasta defensor de los valores futuristas.
En aquella ocasión, el italiano presentaba una adaptación a la situación española, desde un enfoque más optimista, de su discurso contra el pasatismo veneciano. Cabe señalar que el manifiesto publicado en Prometeo difiere de dos versiones posteriores tituladas Contro la Spagna passatista (1914) y Proclama futurista agli Spagnuoli (1915), por lo que intuimos que Marinetti elaboró un texto ad hoc para la versión en español, que fue modificando con el paso del tiempo.
En Proclama futurista a los españoles, su discurso arranca con el relato de un sueño en el que nuestra nación logra, por fin, superar el pasatismo, convirtiéndose en un gran pueblo moderno. Entre los consejos para lograr alcanzar este objetivo, destaca la exaltación del orgullo patrio, la defensa de las libertades individuales y de la ciencia, junto a la puesta en marcha de nuevas fábricas y laboratorios. Sin embargo, la entusiasta versión de Prometeo, difiere de la dura crítica al «círculo vicioso de los curas, toreros y los cantores de serenatas» presente en Proclama futurista agli Spagnuoli.
En definitiva, a través de estos manifiestos, Marinetti expuso un plan de acción para combatir el excesivo sentimentalismo y contra la glorificación de un decadente tradicionalismo para abrir paso a una nueva era basada en el progreso tecnológico. ¿Estaría quizá vaticinando el destino de la sociedad actual?
http://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/febrero_12/17022012_02.htm
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