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domingo, 27 de enero de 2013

ENTRE ESPAÑA Y RUSIA




DE LA RUSIA ETERNA A LA RUSIA REAL

la mayoría de los medios de comunicación españoles atacan sin tregua la imagen de Rusia por sistema

 El libro “De la Rusia eterna a la Rusia real ” (Ed. Atenea) fue presentado con el apoyo de una de las políticas rusas con mayor experiencia y popularidad, Natalia Narochnitskaya, y que acostumbra a no dejar a nadie indiferente. La verdad es que ya era hora de que alguien más aparte de nosotros se hiciera eco de lo que ya clama al cielo por su descaro.

El Forum Universitario Ruso-Español respaldó esta actividad que tuvo lugar en la Universidad Complutense de Madrid. Las concluciones del libro nos parecen de lo más acertadas (y coincidentes en gran parte con lo que muchos pensamos), por lo que pasamos a enumerarlas a continuación:

Rusia aparece ante los españoles como una nación claramente europea. Los españoles saben que hay diversas formas de ser europeo, y Rusia es una de esas formas, como lo es ser español.

Rusia y España - dos históricas naciones en ambos extremos de la diagonal europea, en afortunada imagen de Ortega y Gasset - , no han mantenido históricamente enfrentamientos estratégicos, tampoco existe hoy un enfrentamiento histórico latente que pueda condicionar la imagen actual y las relaciones actuales mutuas.

La población española no percibe a Rusia como una amenaza militar o bélica para España, ni como a un país que suponga - por sí mismo - una amenaza para la paz mundial.

La población española es muy sensible a los temas relacionados con la solidaridad social, los problemas de género - como la violencia contra las mujeres o la igualdad de oportunidades - , las condiciones de vida de los niños y los ancianos o el estado de los servicios públicos. Las noticias sobre los problemas de los ciudadanos rusos en estos ámbitos constituyen la principal fuente de imágenes negativas sobre la Rusia actual, en mucha mayor medida que las noticias sobre conflictos internacionales, donde el carácter creciente de Rusia como contrapeso de EE. UU. no recibe una interpretación negativa entre la mayoría de los ciudadanos.

La cultura clásica rusa (literatura, música y arte) es reconocida como una de las manifestaciones imprescindibles en la cultura europea y universal, pero es vista como un referente de fondo ligado al pasado y no a una cultura contemporánea activa. Los artistas, en el sentido de intérpretes, músicos, bailarines, cineastas, mantienen su prestigio, así como los científicos.

El peso de 1917 sigue en la imagen de fondo, en la que la URSS sustituye a Rusia con toda su carga político-ideológica, pero hay un proceso de emergencia de Rusia como nación en la que ya comienza a aparecer de forma diferenciada. En prácticamente todos los artículos publicados se observa este movimiento.

La posición más crítica y negativa hacia Rusia en la prensa española, y que busca con ello orientar la opinión pública en un determinado sentido, procede de los sectores económicos e ideológicos más ligados a EE. UU. y que cuentan con una amplia red de «creadores de opinión» personales (académicos, escritores, columnistas y, sobre todo, políticos y ex políticos) vinculados por su pertenencia a grupos de presión, thin-tanks o institutos de estudios especializados y con financiación ad hoc, que encuentran muchas facilidades para situar sus artículos y contribuciones escritas en los distintos medios de prensa.

Las posiciones más equilibradas las encontramos en los medios que respetan más el trabajo profesional de sus periodistas. Ésta es la única explicación para la existencia de un gran número de artículos con un tratamiento objetivo en los temas conflictivos, diferente al tratamiento de los editoriales de su periódico de pertenencia o incluso, al tratamiento que se recoge en sus titulares de portada

Rusia y España no mantienen entre unas relaciones económicas lo bastante intensas, fluidas y fuertes como para dar origen a una red amplia de relaciones personales en los entornos del poder económico y político. Las conexiones entre las élites están basadas sobre todo en la frialdad de los contactos institucionales (ministerio a ministerio, por ejemplo), pero no son ni permanentes ni especialmente intensas. Hay pocas empresas españolas en Rusia y pocas rusas en España, eso significa que los contactos entre empresarios o ejecutivos españoles con sus homólogos rusos son poco numerosos y muy localizados a los de algunas empresas muy concretas.  

 No hay una masa crítica suficiente que permita hablar de grupos de presión económicos (basados en el interés común) favorables a una mejor comprensión de lo ruso en España y viceversa. La presión o interacción entre estos grupos y el poder político ayudaría a impulsar las relaciones bilaterales. 

Al faltar este elemento que existe, por ejemplo en el caso EE. UU.-España, Rusia encuentra dificultades para extender su punto de vista ante la opinión pública española a través de sus medios de comunicación.
  
La mayor parte de las referencias más objetivas sobre Rusia - que encontramos en la prensa ­proceden no de la conexión directa con Rusia, sino del esfuerzo de profesionalidad que llevan a cabo numerosos periodistas, académicos o profesionales españoles que intentan actuar con ecuanimidad, criticando cuando tienen que hacerlo y exponiendo las cosas como creen que deben.

10º La posición española institucional encuentra, lo que parece lógico y previsible, una gran presencia en la prensa nacional. Esta posición destaca, al menos en el período de estudio, el esfuerzo español por normalizar las relaciones intereuropeas con Rusia y por dotar a las relaciones con Rusia de un sentido europeo, en el que los intereses de la Unión Europea y los de Rusia encuentren un equilibrio beneficioso para ambos.

11º La imagen de Rusia en España está sufriendo una transformación importante: mantiene un fondo positivo y prestigioso relacionado con su cultura clásica; se difuminan las secuelas ambiguas del siglo XX en el que Rusia se vio sustituida por la URSS. Ante la opinión pública española actual emerge la Rusia real contemporánea con una doble lectura: una nación europea y poderosa que busca recuperar su posición en el mundo al tiempo que sus ciudadanos padecen un día a día dificil.

 La representación de Rusia en los medios españoles plantea mayoritariamente esta situación como un reto que los españoles y la Unión Europea deben resolver: ¿ Cómo lograr asociar a Rusia y a la Unión Europea de forma que redunde en un mayor desarrollo y beneficio mutuos alejando el peligro y la inseguridad que acompañan todavía a la imagen de Rusia? Confiamos en que este modesto trabajo de investigación ayude a construir esa Europa unida del Atlántico a los Urales, la cual constituye la mejor garantía para la paz y el bienestar de los pueblos.

ESPAÑA Y RUSIA , RUSIA Y ESPAÑA

http://forumuniversitario.wordpress.com/category/1-campana-anti-rusa-en-occidente/

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