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viernes, 13 de marzo de 2015

EL MITO HISTÓRICO



Georges Sorel. El mito histórico más allá de la izquierda y la derecha

‹‹Si alguien osa alzar su voz contra las ilusiones del racionalismo, es inmediatamente considerado como un enemigo de la democracia.››
En estos tiempos los discursos políticos cada vez parecen más vacíos, se enarbolan banderas, símbolos y consignas muchas veces sin analizar su contenido, y votamos a los partidos políticos que liderarán nuestro país sin leer sus programas (y éstos, de todos modos, es cierto, no suelen cumplirse). Por eso me parece especialmente interesante hablar sobre el pensamiento de Georges Sorel, filósofo francés que vivió entre 1847 y 1922 y que centró gran parte de su pensamiento, precisamente, en el valor de la estética y del mito como elemento movilizador en política, aunque ese mito no tuviese contenido o ni siquiera fuese real.

Georges Sorel se movió entre el comunismo y el fascismo; alabó a Marx y a Mussolini. Y tal vez no haya tanta incongruencia en su pensamiento si prestamos atención a elementos que van mucho más allá de la separación entre izquierda y derecha, comunismo y fascismo, elementos que residen en una escala de grises a la vez intermedia y fuera de la barra. A veces la frontera no es muy precisa. Recordemos que Mussolini procedía del partido socialista.

Las doctrinas y fidelidades políticas de Sorel tuvieron un carácter aparentemente muy variable, ya que fue defensor del sindicalismo revolucionario, revisionista del marxismo revolucionario y para muchos además precursor de la revolución fascista.

Marxista manifiesto, Sorel pretende completar el pensamiento de Marx. A principios del siglo XX el socialismo se enfrenta a problemas nuevos que difícilmente pueden ser explicados únicamente con el análisis marxista ortodoxo. Para él, el marxismo acaba convirtiéndose en la encarnación más clara de su teoría de los mitos, en la construcción de un mito movilizador revolucionario para las masas. Rehúsa su valor como explicación científica o incluso racional de la realidad, pero la abraza como mito que puede servir al fin del cambio social. Lo que importa es su potencial movilizador más que la veracidad o no de su contenido o su racionalidad. Llevándolo a un ejemplo del presente: ¿Qué importa lo que de verdad ocurriese en la Diada catalana? ¿Cuántos de aquellos que asistieron a la manifestación estudiaron algo de Historia? Lo importante es que se convierta en un mito que movilice a las masas dándoles una identidad y un propósito. Esto es lo que le interesa a Georges Sorel.

En sus Reflexiones sobre la violencia niega el racionalismo, prefiriendo a Pascal, Le Bon o a Bergson antes que a Descartes o a Sócrates. El ser humano no es tan racional como creemos. Sorel observa cómo una serie de elementos irracionales están presentes en la movilización de los individuos: los elementos psicológicos, lo intuitivo, la psicología del individuo cuando es parte de un grupo (idea que W. Reich, Erich Fromm y otros desarrollarían en el caso de los fascismos), las imágenes sugestivas, etc. Llega a afirmar que todo gran movimiento revolucionario viene impulsado más por los mitos que por la racionalidad. Llevando de nuevo el tema al presente: las consignas grandilocuentes y populistas de Artur Mas convencen y movilizan a más gente que los discursos analíticos de Julio Anguita. Porque el pueblo, en masa, no quiere pensar. A todos nos resulta mucho más fácil dejarnos arrastrar por la irracionalidad.

Sorel es influenciado también por la idea de rebelión de Nietzsche, de negar los valores reinantes y afirmar otros propios, nuevos y rebeldes. ‹‹Los mitos no son descripciones de cosas, sino expresiones de voluntad, un conjunto de imágenes capaces de evocar en bloque y a través de la intuición, sin ningún análisis reflexivo›› (Reflexiones sobre la violencia PDF).

De esta forma, la teoría de los mitos acaba sustituyendo para él a la lucha de clases en su papel de motor histórico. Dentro de ese discurso, Sorel acaba reivindicando también la violencia, el impulso de lucha, el valor del heroísmo, el cristianismo primitivo y el sindicalismo de combate, y va moviéndose en terreno pantanoso y acercándose cada vez más al incipiente fascismo.

Si lo pensamos, ¿no han usado ambos movimientos, tanto de izquierda como de derecha, estas tácticas?, tanto en el pasado como hoy en día. El sorelismo acaba convirtiéndose en un pensamiento transversal que se nutre de muchas corrientes. Defiende el sindicalismo, critica su domesticación en el sistema parlamentario, dice abrir la tercera vía entre las dos concepciones totales del hombre que son el liberalismo y el marxismo, creando el mito del obrero guerrero heroico. A menudo el fascismo y el socialismo han compartido puntos en sus construcciones simbólicas y míticas. Exalta laviolencia“, energía creadora puesta al servicio de los intereses primordiales del proletariado y la civilización; pero la distingue de la “fuerza“, que tiene como objetivo imponer la organización de un determinado orden social en el que una minoría gobierna a la mayoría. La “violencia“, para él, es el arma revolucionaria que debe ser usada contra la “fuerza. Está en contra de un Estado fuerte y opresor, ya sea burgués, proletario o fascista.

Es difícil hacer un análisis ordenado y claro del pensamiento de Sorel, tan sumamente ecléctico, y tal vez es eso lo que lo hace tan seductor e interesante. Mantiene correspondencia en sus últimos años con personajes como Mussolini, Ferrero, Croce, etc, en unos años en que el fascismo naciente defiende un discurso proletario y subversivo. En 1915 no apoya la formación del Fascio, ni la intervención de Italia en la guerra. Pero en 1919 comienza a verlos como una especie de vanguardia según el concepto leninista.

Georges Sorel es complejo y conflictivo. Su pensamiento llega a ser muy problemático y a ratos confuso en su calidad de sobrepasar los límites de la izquierda y la derecha y de moverse en arenas movedizas. Su pensamiento puede haber alimentado al fascismo, pero también al anarquismo; y tampoco debemos olvidar que muchos llegan al fascismo también desde otras vías.

Considero que la figura y el pensamiento de Sorel son algo, quizás no a reivindicar, pero sí a estudiar y en torno a lo que reflexionar para analizar las fuerzas políticas que nos gobiernan hoy en día o que pretenden hacerlo para no dejarnos embaucar por mitos y estrategias varias, para usar nuestra capacidad de análisis y racionalidad sabiendo identificar los discursos vacíos y manipuladores de aquellos que sí nos invitan a pensar y reflexionar; a no dejar que nos traten como a una masa irracional movida por mitos vacíos. Ya sea la bandera tricolor, la rojigualda o la estelada, deberíamos estar defendiendo algo más que unos colores. Creo que el estudio del pensamiento de Sorel es interesante en estos aspectos.

Por eso espero que este artículo os invite a echarle un vistazo a su obra, bastante asequible a la lectura, y a reflexionar sobre la vigencia de sus observaciones hoy en día.

Fuente                             Laura Ríos Alcántara
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NOTAS
MAYORGA, JUAN, “Revolución conservadora y conservación revolucionaria“, México: Anthropos, 2003.
SOREL, GEORGES, “Reflexiones sobre la violencia“, Madrid: Alianza Editorial, 2005.
SOREL, GEORGES, “From Georges Sorel: Essays in Socialism and Philosophy“, Oxford University Press, 1976.
SOREL, GEORGES, “La Décomposition du Marxisme“, París: Editions Marcel Rivière,1908.

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