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domingo, 9 de marzo de 2014

CUANDO MUERA ESPAÑA



Criollismo e Hispanidad

Mi primer libro publicado en España, cierra con un poema que lleva por título: “Cuando muera España”, reproduzco aquí algunos de sus versos:

…Cuando muera España fundaremos
Una gran España todavía más terrible…
…Levantaremos los dioses olvidados
Y seremos solamente: banderas negras, acero y territorio.
Cuando muera España habrá un cataclismo
Que correrá algunos grados el eje de la tierra…
…Desde las entrañas de un nuevo continente
En el olvido del llanto y sin remordimientos
Forjaremos la España de la resurrección
Quemando las aguas del nuevo desembarco.

Recuerdo haberlo recitado en la bellísima Asturias. Y son recuerdos que quedan para siempre.

De niño, las maestras de cuño iluminista, me enseñaban el odio a España. Con mi precoz sentido épico, solía dibujar batallas en las que los españoles eran el perverso enemigo a enfrentar. Un día mi abuelo me llevó a la casa de un amigo español y dicen que hablé mal de los españoles. Ahora pienso qué habrán sentido los hijos de españoles, que eran entonces una parte importante de la población, ante semejantes enseñanzas escolares. Yo estaba aún en la inconsciencia de mi sangre, ya que pese al apellido italiano que llevo con gran orgullo, la mayoría de mi ascendencia es criolla o española.
Pero el destino y los dioses suelen ser caprichosos, y en aquellas épocas había aún grandes hombres, que se dedicaban a la formación política e histórica de los jóvenes, y detrás del odio nos descubrían la verdad de las Españas, en nuestro caso ya sin reyes ni cortes reales. Es que a nosotros nos llegó el costado más libertario de las Españas. Llanuras interminables, caudillos, lanzas, la dimensión de una guerra total hecha por todos los medios contra nuestro pueblo que aún continúa. Hoy agonizamos, pero al menos tengo claro de qué lado estoy. Mejor perder la guerra que equivocarse de bando.
España no es nada sin su conexión con las grandes causas y con los grandes espacios. Cuando no los tiene, toda su energía se vuelca hacia adentro, hacia sí misma, y termina en hechos que resultan proporcionales en destrucción a las grandes epopeyas constructivas de España. Las personalidades fuertes y el caudillismo son para forjar la gran historia fuera de la aldea, no para volverse aldea contra aldea.
La patria del que escribe es su lengua y sus lectores, así es que yo vengo a ser español no sólo por sangre, sino por escribir para los españoles y para España, pese a las maestras de escuela, pese a la feroz campaña anti española que me deja a veces en una posición aislada. También pese a la distancia. Pese a todo el destino me persigue y sigo defendiendo a España. Es que somos las Españas, un solo pueblo que busca su forma de vencer lo que parece hoy un oscuro destino. Para encontrar esa forma ya nos queda poco tiempo; debemos cambiar la dirección de nuestra energía, hoy muy mal enfocada pese a la gravedad de la situación.
Hay un evidente ataque a los países mediterráneos de Europa, y una rápida des culturización de la América hispana. No es casual la forma geopolítica del ataque. Mientras nosotros nos ocupamos de cosas diversas y menores, el poder mundial se ocupa del Mediterráneo y del Atlántico Sur. 

La increíble historia imperial de España es hoy parte del pasado, ahora el pueblo español es un pueblo oprimido, igual que el paraguayo o cualquier otro. Y corre el riesgo de ser exterminado como lo fue el pueblo paraguayo. Claro que no hay muchos en Europa que sepan ésto. Pero creo que ya es hora de saberlo.
Ahora, sólo hay recuerdos y pueblos oprimidos. Para hablar de hispanidad, hay que conocer el genocidio de los pueblos hispano criollos y ponerse con ellos en un pie de igualdad. Sobre todo ahora, que los mismos enemigos van por España.
La hispanidad nace de un imperio pero no es un imperio. España debe decidir si vuelve a hacerse carne y sangre con Nuestra América y cuál es hoy su interés geopolítico primordial. Esas prioridades externas, le darán sin duda cohesión interna. Algo que como todos sabemos, España necesita en forma urgente, no sólo por ella misma, sino por la supervivencia de la hispanidad. Es momento de elegir un destino.

Fuente                                              Juan Pablo Vitali

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