TRADUCTOR

martes, 10 de diciembre de 2013

UNA SVASTICA SOBRE EL BIDASOA



Nazis con chapela, la raza soñada por Hitler y el PNV

A principios de los años cuarenta, las tropas alemanas entran en la zona del Bidasoa. Los soldados toman Euskadi como sitio de descanso. De fácil acceso desde la Francia ocupada y con unas características que lo convertían en el lugar perfecto donde reponerse antes de volver al conflicto. Esta zona se convierte también en un punto estratégico para los nazis, ya que su cercanía con el país galo hizo que fuera el único nexo de unión con la España franquista y un lugar por el que hacer llegar provisiones.
Sin embargo, existía un interés mayor por los vascos. Sus particulares señas de identidad, el idioma propio, y la defensa de una pureza racial hicieron que desde el partido nazi se buscara el conseguir un vínculo con el Partido Nacionalista Vasco. 

Así lo demuestra el documental (ver aquí) ,Una esvástica sobre el Bidasoa, dirigido por Javier Barajas y Alfonso Andrés, que documenta los contactos entre miembros del PNV y los nazis en plena Segunda Guerra Mundial.
La película, que se estrena hoy, toma como base In lande der Basquen, un filme propagandístico rodado en el País Vasco por Herbet Brieger en el que se muestran todos los tópicos folclóricos y culturales de la vida rural vasca. No es el único documental rodado en estas tierras, pero sí el único que se conserva, y en él se puede apreciar una intención ideológica clara, como explica para El Confidencial Javier Barajas, director de Una esvástica sobre el Bidasoa. “Como dice también el hijo de Brieger en el documental, la película tenía algo raro, un tufillo extraño. No enseñaba ciudades, y sólo se centraba en lo salvaje y misteriosos de los vascos. Además de mostrar mucho los Lauburus, que por aquel entonces no eran tan redondeados y se parecían a una esvástica”. El filme hacía mucho hincapié en temas muy queridos por los nazis como el deporte (“Todo pueblo tiene un frontón” dice el documental) y destacaba los rasgos arios de los vascos, buscando mostrar su pureza racial.
In lande der Basquen contaba además con el apoyo de la EFA, la productora nacional alemana, lo que indicaba una relación directa con el partido nazi. Había un interés claro de los líderes por crear una propaganda estatal sobre los vascos.
Todo esto entronca con las ideas de Werner Best, oficial de las SS y responsable de la llamada solución final del Holocausto, que opinaba que los estados eran creaciones artificiales sin fuerza. Para él lo natural eran las etnias europeas, por lo que quería construir una Europa basada en la unión de estas mismas. El criterio sería el de la pureza racial y por ello propuso  dar autonomía a los escoceses, flamencos, gallegos, vascos y catalanes. Como comenta el realizador del filme, “querían construir una nueva Europa en la que las fronteras estuvieran marcadas por la pureza racial”.
El interés de Best por Euskadi es tal que incluso pide un informe sobre la situación política y cultural que concluye que los vascos podrían ser aliados en una hipotética Europa nazi. Por su parte, José Antonio Aguirre, presidente del Gobierno vasco en el exilio, había mostrado su apoyo a los aliados, ya que no se podía permitir que aquellos que habían bombardeado Guernica dominaran el continente.
Una extraña alianza
Sin embargo, no todos pensaron así, y muchos creyeron que el apoyo de los alemanes podría servir para derrocar a Franco. Es por eso que miembros del PNV aceptaron establecer contactos con el partido nazi para tantear la situación y ver qué tipo de acuerdo podría establecerse si resultaban vencedores. “Son los alemanes los que dan el primer paso, y a pesar de esos encuentros el acuerdo no se llega a producir. Es más, cuando salen a la luz son desautorizados por la cúpula del Partido Nacionalista Vasco. Lo que no se cuenta en el documental es que otros nacionalistas de fuera de España sí que llegan a firmar pactos con los nazis”, afirma Javier Barajas.
Una de las personas de la que se tienen documentos que acreditan sus contactos con el partido de Hitler es Eugene Goyheneche, un afiliado del PNV que llega incluso a contactar con Werner Best para hablar sobre la posibilidad de crear un estado independiente. Goyheneche escribe un informe (mostrado en el documental) llamado Euskadi y la Europa del futuro en el que muestra las condiciones que deberían cumplirse y crítica a Franco mientras que ensalza la figura de Hitler. En él se presenta a los vascos como posibles aliados.
Al observar este informe se puede ver cómo posteriormente los alemanes realizaron anotaciones en los márgenes de los párrafos más significativos. En ellos se muestra que la opinión de muchos nazis es que los vascos eran unos “rojos y separatistas”.
Según Javier Barajas no existe entre los historiadores unanimidad al definir el motivo por el que estas conversaciones se llevaron a cabo. Por ello, se han establecido tres hipótesis que son las más apoyadas. La primera afirma que los miembros del PNV, ante la seguridad de que Alemania ganaría la Segunda Guerra Mundial, decidieron agarrarse al clavo ardiendo de un pacto para asegurarse su salvación. La segunda es aquella que defiende que se creía realmente en que una unión vasco-nazi era posible, y la última es la de aquellos que piensan que estos contactos respondían a una forma de conseguir información para pasársela a los aliados en su lucha contra Hitler.
Lo que el realizador de Una esvástica sobre el Bidasoa tiene claro es que la sociedad vasca no hubiera apoyado esta alianza ya que “bastante tenía con soportar la posguerra y la represión”. Por su parte, las reacciones a su película no han podido ser mejores, ya que no sólo la crítica ha apoyado el filme, sino que, como este periódico ha podido saber, miembros del Partido Nacionalista Vasco han aprobado la película a pesar de su polémico contenido.
Fuente
elconfidencial

No hay comentarios:

Publicar un comentario