Alimentos sujetos al costo-beneficio capitalista
El comercio del hambre y el desenlace de las catástrofes sociales.
La hambruna
mundial es un tema que no
figura en ningún debate prioritario de discusión internacional, sencillamente,
porque el pobre, el hambriento, no es mercancía rentable, está fuera del
circuito del consumo y no genera dividendos.
En el desenlace de este proceso de
catástrofe humanitaria (con concentración de riqueza en pocas manos y exterminio
de "población sobrante") se incuban las bases y el detonante de un "Apocalipsis
social" que el sistema y sus analistas todavía no registran ni prestan
atención.
El fantasma de la escalada global en los precios de los alimentos
vuelve a asomar y con ello los temores de que se repitan los estallidos y
protestas sociales masivas en contra de los aumentos, como sucedió en
2008.
En un primer capítulo, en el 2008, y a causa del aumento de los precios del petróleo, hubo una escalada mundial del precio de los alimentos que incrementó el proceso de hambruna que padecen habitualmente las poblaciones más desprotegidas de Asia, África y América Latina.
En un segundo capítulo, con el desarrollo de la crisis recesiva global, ese proceso se agudizó arrojando a más población desposeída a la marginalidad y a la carencia de alimentos para subsistir aunque sólo sea a escala precaria.
En un primer capítulo, en el 2008, y a causa del aumento de los precios del petróleo, hubo una escalada mundial del precio de los alimentos que incrementó el proceso de hambruna que padecen habitualmente las poblaciones más desprotegidas de Asia, África y América Latina.
En un segundo capítulo, con el desarrollo de la crisis recesiva global, ese proceso se agudizó arrojando a más población desposeída a la marginalidad y a la carencia de alimentos para subsistir aunque sólo sea a escala precaria.
Mientras las potencias centrales discuten multimillonarios programas de salvamento financiero para sus Estados, y florecen los súper millonarios y la concentración de riquezas en pocas manos, se extiende la pobreza mundial y en el llamado Cuerno de África —Somalia, Kenia y Etiopía— se vive una grave hambruna que, según la ONU, tiene en riesgo la vida de cerca de 10 millones de personas. No obstante, nadie habla de esta catástrofe humanitaria.
Además, la desaceleración global –el Fondo Monetario
Internacional acaba de bajar nuevamente su estimación del crecimiento global de
2012– pone en peligro el nivel de empleo en un mundo que tiene más de 1.300
millones de personas que viven con ingreso de 1,25 dólares por
día.
A esta situación recesiva, sumarle una inflación de productos no sustituíbles como los alimentos, equivale a una fórmula perfecta para un desenlace de crisis social con hambruna masiva a nivel global
A esta situación recesiva, sumarle una inflación de productos no sustituíbles como los alimentos, equivale a una fórmula perfecta para un desenlace de crisis social con hambruna masiva a nivel global
Según la subsecretaria general para Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Valerie Amos, Naciones Unidas se prepara para hacer frente a una larga crisis humanitaria a nivel mundial.
El
año pasado el organismo declaró en situación de hambruna a dos regiones del sur
de Somalia, Bakool y Bajo Shabele, una circunstancia que no se daba en este país
desde 1992. "Esta no va a ser una crisis corta", señaló entonces
la subsecretaria general para Asuntos
Humanitarios de la ONU. La
cronología así lo demuestra: en 1967 la guerra y el hambre causaron en Biafra
un millón y medio de víctimas. Un año después, el turno fue para los países
que conforman el llamado “cinturón del hambre”, con cerca de un cuarto de millón
de fallecidos.
La lista nunca se detuvo, afectando en especial a Senegal, Malí, Mauritania, Guinea, Burkina Faso, Argelia, Níger, Nigeria, Chad, Camerún, Yibuti, Eritrea y Sudán, y tres de estos países están hoy en el ojo del huracán. Una funcionaria de Unicef, Mia Cox, escandalizada ante la impavidez de la comunidad internacional, alertó sobre lo que denomina como el "hambre, un tsunami silencioso".
Según la ONU, con "menos del 1%" de los
fondos económicos que han utilizado los gobiernos capitalistas centrales para
salvar al sistema financiero global (bancos y empresas que han desatado la
crisis económica), se podría resolver la calamidad y el sufrimiento de miles de
millones de personas (casi la mitad de la población mundial) que son víctimas de
la hambruna a escala mundial.
La ONU viene advirtiendo que el hambre aumentó
"significativamente" y ha batido un récord en los tres últimos años.
En un
primer capítulo, en el 2008, y a causa del aumento de los precios del petróleo,
hubo una escalada mundial del precio de los alimentos que incrementó el
proceso de hambruna que padecen habitualmente las poblaciones más desprotegidas
de Asia, África y América Latina.
¿Y porqué no se hace? Por una razón de fondo:
Los pobres, los desamparados, la "población sobrante", no son un "producto
rentable" para el sistema capitalista.
En la realidad, la producción de alimentos está fuera de la órbita del control estatal de los gobiernos.
Los recursos esenciales para la supervivencia están supeditados a la lógica de rentabilidad capitalista de un puñado de corporaciones trasnacionales (con capacidad informática, financiera y tecnológica) que los controlan a nivel global, y con protección militar-nuclear de EEUU y las superpotencias
En ese escenario, la producción y comercialización de alimentos no está supeditada a la lógica del "bien social", sino a la más cruda lógica de la rentabilidad capitalista.
Según la propia FAO, diez corporaciones trasnacionales controlan actualmente el 80% del comercio mundial de los alimentos básicos, y similar número de mega empresas controlan el mercado internacional del petróleo, de cuyo impulso especulativo se nutre el proceso de suba de los alimentos, causal de la hambruna, que ya se extiende por todo el planeta.
El marzo de 2010, al iniciarse en Guadalajara, México, una conferencia técnica sobre la biotecnología agrícola, Pat Mooney, director ejecutivo del Grupo ETC de Canadá, dijo al diario La Jornada que lo único que le interesa a las multinacionales del sector es obtener ganancias.
El experto señaló que las transnacionales nunca se interesaron en la alimentación de los pobres, debido a que no representan un mercado.
Pat Mooney dijo que en este tipo de reuniones de la FAO siempre están presentes firmas como la Dupont y Monsanto, con patentes monopólicas de producción y expresó que por encima de los representantes de los gobiernos, son ellas las que dicen la última palabra.
Entre los primeros pulpos trasnacionales de la alimentación, se encuentran la empresa suiza Nestlé SA., la francesa Groupe Danone SA. y la Monsanto Co., que lideran mundialmente la comercialización de alimentos y que, además de controlar la comercialización y las fuentes de producción, poseen todos los derechos a escala global sobre semillas e insumos agrícolas.
Despojados de su condición de "bien social" de supervivencia, esos recursos se convierten en mercancía capitalista con un valor fijado por la especulación en el mercado, y los precios no se fijan sólo por la demanda del consumo masivo, sino básicamente por la demanda especulativa en los mercados financieros y agro-energéticos.
Leer+El comercio del hambre y el desenlace de las catástrofes sociales
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias
El comercio del hambre
En la realidad, la producción de alimentos está fuera de la órbita del control estatal de los gobiernos.
Los recursos esenciales para la supervivencia están supeditados a la lógica de rentabilidad capitalista de un puñado de corporaciones trasnacionales (con capacidad informática, financiera y tecnológica) que los controlan a nivel global, y con protección militar-nuclear de EEUU y las superpotencias
En ese escenario, la producción y comercialización de alimentos no está supeditada a la lógica del "bien social", sino a la más cruda lógica de la rentabilidad capitalista.
Según la propia FAO, diez corporaciones trasnacionales controlan actualmente el 80% del comercio mundial de los alimentos básicos, y similar número de mega empresas controlan el mercado internacional del petróleo, de cuyo impulso especulativo se nutre el proceso de suba de los alimentos, causal de la hambruna, que ya se extiende por todo el planeta.
El marzo de 2010, al iniciarse en Guadalajara, México, una conferencia técnica sobre la biotecnología agrícola, Pat Mooney, director ejecutivo del Grupo ETC de Canadá, dijo al diario La Jornada que lo único que le interesa a las multinacionales del sector es obtener ganancias.
El experto señaló que las transnacionales nunca se interesaron en la alimentación de los pobres, debido a que no representan un mercado.
Pat Mooney dijo que en este tipo de reuniones de la FAO siempre están presentes firmas como la Dupont y Monsanto, con patentes monopólicas de producción y expresó que por encima de los representantes de los gobiernos, son ellas las que dicen la última palabra.
Entre los primeros pulpos trasnacionales de la alimentación, se encuentran la empresa suiza Nestlé SA., la francesa Groupe Danone SA. y la Monsanto Co., que lideran mundialmente la comercialización de alimentos y que, además de controlar la comercialización y las fuentes de producción, poseen todos los derechos a escala global sobre semillas e insumos agrícolas.
Despojados de su condición de "bien social" de supervivencia, esos recursos se convierten en mercancía capitalista con un valor fijado por la especulación en el mercado, y los precios no se fijan sólo por la demanda del consumo masivo, sino básicamente por la demanda especulativa en los mercados financieros y agro-energéticos.
Leer+El comercio del hambre y el desenlace de las catástrofes sociales
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias
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