La masa
es irremediablemente idiota, mas de pronto esa masa sin rostro,
desalmada y sin memoria, se hace por la conducción política, pueblo, y
los pueblos son capaces de afirmarse en la poesía, y en el duelo, y
alzarse sobre su postración.
Ello acaba de ocurrir con la muerte del Comandante Hugo Chávez, el dirigente de la revolución bolivariana,
satanizado por los criterios globalitarios. Se podrá decir lo que se quiera de Chávez mas es imposible no percatarse de la conmoción y luto que ha provocado su muerte.
El hecho
histórico que lo precede es la muerte de Eva Perón y el culto
iconográfico que aún se conserva de la mujer que supo, por encima de su
naturaleza, encarnar quizá la voluntad de poder más pura del
justicialismo.
Habrá
quien se empeñe en denostarlos y en subsumirlos en el reduccionismo del
populismo mas su temple político está más allá de un sistema amorfo de
clientelismo y de dádivas burocráticas.
Ya lo
dice José Antonio Primo de Rivera, el creador de la Falange española:
“A
los pueblos no los han movido nunca más que los poetas, y ¡ay! Del que
no sepa levantar frente a la poesía que destruye la poesía que
promete”.
En este sentido, la obra que realizó Eva Perón y que recoge su célebre autobiografía
La razón de mi vida, que tiene como complemento unos
Apuntes para la razón de mi vida, en que indica: “el peronismo ha sido llamado fascismo, el fascismo expresa el genio de cada pueblo y su identidad”.
La idea
panlatinoamericanista de Hugo Chávez tiene como antecedente la Junta
Anfictiónica de Panamá impulsada por los libertadores Simón Bolívar y
Agustín de Iturbide. El propio Bolívar reconocía que esa
Federación de
Naciones Hispánicas tendrían que tener como capital la ciudad de México
“por su grandeza arquitectónica" y veía en Iturbide “uno de esos hombre
que emergen en nuestra América con el genio de Napoleón”.
En estos
tiempos de grandes espacios geoestratégicos, la idea-fuerza de Bolívar e
Iturbide tuvo su mayor resonancia en la Argentina de Perón, y Eva lo
reseña:
“no puede ser que los pueblos de esta América que tienen la
sangre y el verbo de España, no logren articular un esfuerzo común”,
“hay pueblos en que el factor originario es determinante como el gran
México y los hermanos de Perú y Bolivia pero ello nos complementa”.
El Alba, la Alianza Bolivariana para las Américas ha sido un movimiento integrador junto con la región caribeña, un vector del
epos heroico iberoamericano,
una expresión de las ideas centrales contenidas en los Motivos del
Escudo de José Vasconcelos, el águila bicéfala del Imperio español con
el águila y el cóndor como símbolos de una nueva concepción de
Imperium.
Los
pueblos de la América Románica vaticinó Perón que si en el 2000
“no
están unidos estarán sometidos”. Ha pasado esa fecha que determinó el
Jefe espiritual de la
Tercera Posición contra el materialismo capitalista y marxista, los gemelos enemigos.
Al
respecto señala Eva Perón:
“La lucidez de Perón es profética, el ve a
lontananza, grandes horizontes que no se alcanzan a percibir”.
Hugo
Chávez practicó una diplomacia atrevida e inteligente. Su apoyo a Irán, a
la Siria asediada, a la causa palestina, a la autoderminación del
pueblo libio y de su líder el Coronel Ghadhafi, marcan una visión de la
necesidad tanto de revitalizar el no alineamiento como la necesidad
estratégica de una vertebración del Islam y de Iberoamérica como un
frente de resistencia común.
Eva Perón y Hugo Chávez símbolos de la Patria Grande y voluntades de poder que murieron para no morir.
José Luis Ontiveros
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