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viernes, 2 de enero de 2015

NACIONALISMO DEL AMOR



El nacionalismo del entendimiento

La 4PT, así como el proyecto de la Nueva Derecha de Alain de Benoist para Europa, están basados en la idea de un diálogo honesto y sincero entre los pueblos.

El concepto de pueblo (le peuple, Volk) es considerado por Alain de Benoist como el sujeto de la 4PT. Esto no niega el Dasein como sujeto, porque Heidegger dijo “Dasein existiert völkisch” – siendo t aquí, la presencia: existe como pueblo, a través del pueblo. Ser es ser alemán, francés, italiano, húngaro, serbio, rumano, ruso, ucraniano y así sucesivamente. No podemos existir sin ser alguien, ser un individuo sin el contenido. Esto sería una máquina, no un ser humano. En sentido heideggeriano, no pueden existir máquinas. Son simplemente algo que está a mano. Así que “ser”, “existir” significa ser étnica, cultural, lingüísticamente.Völkisch. Por lo tanto, el diálogo entre pueblos diferentes, cada uno de ellos existiendo de modo distinto, es el principal objetivo de la 4PT. Este diálogo entre el alemán y el francés, el ruso y el polaco o el ucraniano, el húngaro y el rumano, el croata y el serbio, es muy difícil y delicado. Pero tenemos que fomentarlo y desarrollarlo. Sobre una base colectiva, no sobre el nivel individual como sugieren los liberales. Entonces, esto no significa la paz o la tolerancia o la amistad. Es la comprensión del Otro sin necesariamente identificarse con ellos, preservando en esta comprensión nuestra propia identidad.
Recientemente he descubierto la identidad polaca. Es notable, trágica, llena de dolor, el Cristo sufriente de Europa -Hoene Wronski o los trágicos gritos de Boleslav Lesmyan. O las visiones morbosas del gran Wietkazsy … ¡Extraordinario! Tenemos muchas contradicciones con los polacos en el campo geopolítico o histórico, pero la comprensión de los polacos es el descubrimiento de un gran mundo fantástico del alma, un alma profundamente eslava, completamente diferente del alma rusa, aunque muy cercana…
También podemos escuchar las palabras de algunos maestros indígenas de Brasil, que dicen que cada persona tiene la responsabilidad de hacer que el diálogo intercultural suceda dentro de sí mismo, porque sólo podemos reconocer las diferencias como algo que es a la vez insuperable y sin embargo muy natural. Como tal, este diálogo se produce sólo en una situación de una doble apertura:
1. Abierto a la cultura del Otro, a quien reconocemos ser no como un Objeto (nuestro), sino como un pleno Sujeto de los suyos, que tiene, pues, el mismo derecho a la existencia que nosotros;
2. Estando totalmente abierto a nuestra propia cultura, o estar abierto a ella en su totalidad, porque de otra manera no hay forma de ser plenamente reconocido como sujeto a su vez, y exigir subjetividad. Este segundo punto tiene dos significados a conciliar:
a) es casi imposible ser plenamente reconocido como un Sujeto por el Otro sin una comprensión interna de nuestra propia subjetividad;
b) no es posible saber qué se quiere cuando uno no se reconoce a sí mismo como un Sujeto pleno; en este caso, uno “traga” fácilmente cualquier cosa que se le da sin más pensamiento – convertiéndose, al actuar así, en un mero Objeto.
Acerca de este diálogo intercultural, también es necesario aclarar algunos puntos. Podríamos distinguir cuatro posiciones cuando se trata el tema de la cultura:
1. Omniculturalismo: una sola cultura manda – en nuestra época, sin duda, será la del exitoso hombre de raza blanca. Su cultura establece las pautas bajo las cuales será juzgado cada uno en la sociedad, y los que no tienen la base natural para ello serán considerados como una “casi-no” persona, alguien que debe luchar para “llegar”. No hay un solo país que represente esta tendencia plenamente, aunque esta es la idea que informa las pretensiones universales de Occidente, que es su mejor representante;
2. Multiculturalismo: muchas culturas diferentes en el mismo lugar, donde la norma del exitoso hombre de raza blanca es un poco más difusa, pero sin embargo irrefutable; puede haber nuevas versiones de la norma, tendentes a encajar culturas demasiado fuertes que viven en el mismo lugar. Los EEUU se mantienen firmes en esta postura – por lo tanto, la contracultura (¿”contra”?) del crisol de culturas;
3. Pluriculturalismo: las culturas se mezclan y no es posible seguir un hilo de forma fidedigna, porque las raíces ya no están allí – por razones históricas, han sido borradas. Algo nuevo y único podría ser creado pero, debido a que la ausencia de raíces claras conlleva la ausencia de fortaleza de la identidad, estos países son presas fáciles para el ideal omnicultural. Brasil y muchos otros países americanos son un buen ejemplo;
4. Interculturalismo: las culturas son diferentes y esto está bien, porque es natural, y cada uno es un Sujeto por derecho propio. Ningún país representa esta tendencia aún – debe buscarse y trabajar en ello con responsabilidad y con un esfuerzo consciente.
Por lo tanto, nuestra idea es conducir este diálogo contra todos los obstáculos históricos. Es un trabajo duro y largo, pero necesario, una vez que los reyes de la manipulación están listos para usar nuestra esencia más profunda en su juego sucio, que nos pone el uno contra el otro, incitándonos a odiar, a matar, a dominar. Necesitamos una especie de “nacionalismo del entendimiento” – aunque dándonos cuenta de lo inapropiado aquí del uso de la palabra nacionalismo: no creemos que el Estado Nación y su nacionalismo puedan llevarnos a donde queremos, porque, al fin y al cabo, las naciones están dispuestas a destruirse unas a otras con el fin de mantenerse en la cumbre, en la mejor versión del “odiar, matar, dominar”. No es nuestro caso.
También luchamos por una geopolítica y por unos regímenes políticos con una comprensión natural de la perspectiva intercultural. En esta cuestión podemos hablar de nuestra “Política del “Dasein” frente a su “Política del DanichtSein”. Pero, hasta que llegue ese momento, sólo podemos planificar nuestros caminos dentro de un marco nacionalista. Así, trabajamos por un proceso en el que, desde el nacionalismo del entendimiento, podríamos llegar finalmente a un nacionalismo del amor.

Fuente                           Alexander Dugin y Flavia Virginia
Fourth Way Platform                  (Traducción de la Página Transversal)

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