La cibergeopolítica
En el futuro el mundo virtual permitirá escapar de la represión estatal, mientras que el mundo físico impondrá sus reglas y leyes para contener la anarquía del mundo virtual, dicen los autores.
En su capítulo sobre el futuro de los Estados, los autores distinguen tres maneras de controlar internet: una alevosa -como China-, que bloquea sin vergüenza lo que no quiere que los ciudadanos vean. Una sutil -Turquía-, que propone "filtros" específicos a los contenidos generales. Y otra más reducida, como la que ejercen Corea del Sur o Alemania.
Schmidt y Cohen ven una creciente fragmentación de la red, dividida en continentes culturales o idiomáticos y lanzan hipótesis sobre cómo sería una posible ciberguerra.
"Los gobiernos van a echar de menos las épocas en las que sólo debían preocuparse por el mundo físico", dice el libro. "En el futuro deberán hacer evaluaciones separadas para el mundo real y para el virtual".
Aunque la experiencia será global, no será uniforme. Las actuales "castas" digitales se mantendrán en el futuro y la experiencia personal dependerá de dónde se encuentre uno en esta estructura. Los más ricos evitarán los costados negativos, la clase media aportará los "inventores" y desarrolladores y el resto experimentará los mayores cambios, por la comparación con cómo viven ahora.
Los autores postulan que, en el futuro, usaremos la inteligencia humana para la intuición, tomar decisiones e interactuar con otras personas, y usaremos el poder de las computadoras para memorizar y procesar datos.
Schmidt y Cohen pronostican una coexistencia pacífica entre el mundo físico y el mundo virtual. El mundo virtual permitirá escapar de la represión estatal, mientras que el mundo físico impondrá sus reglas y leyes para contener la anarquía del mundo virtual.
"Nuestro optimismo viene de los controles que la tecnología y la conectividad permiten contra los abusos, el sufrimiento y la destrucción de nuestro planeta", dicen los autores, cerca del final.
No podemos eliminar la desigualdad o el abuso de poder, pero la inclusión tecnológica puede transferir poder a las manos de la gente y confiar en que ellos hagan su camino a partir de allí. "No será fácil, pero valdrá la pena", aseguran los autores.
Fuente
cnn
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