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jueves, 2 de enero de 2014

CONTRA LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO



Rafael Correa desata las iras del lobby LGTB por denunciar el fundamentalismo de género
"A los niños hay que dejarlos en paz", subraya el presidente de Ecuador. 

Rechaza el adoctrinamiento en unos "fundamentalismos absurdos que no resisten el menor análisis académico", una "ideología peligrosísima que atenta contra todo y destruye la familia, base de la sociedad".
En su último mitin político de los sábados, el pasado 28 de diciembre, el presidente de Ecuador, Rafael Correa para venir a decir que no se debe educar sobre estos temas en el colegio. 'A los niños hay que dejarlos en paz'. Comenzaba Correa demandando "un gran cambio cultura para acabar con esa injusticia de género". En este sentido, empezaba rechazando el feminismo radical: "una cosa es el movimiento feminista por igualdad de derechos, que lo apoyamos de todo corazón; pero de repente hay unos excesos, unos fundamentalismos en los que se proponen cosas absurdas: ya no es igualdad de derechos, sino igualdad en todos los aspectos, que los hombres parezcan mujeres y las mujeres hombres: ¡ya basta!"
Frente al adoctrinamiento ideológico en las escuelas
"¿Ustedes saben lo que se llama ideología de género? -continuaba- Se enseña en algunos colegios y que mantienen algunas asambleístas nuestras. Yo respeto mucho eso. Pero lo que tampoco es correcto es que lo traten de imponer sus creencias a todos, el que básicamente no existe hombre y mujer natural, el que el sexo biológico no determina al hombre y a la mujer, sino las ‘condiciones sociales’.  Y que uno tiene ‘derecho’ a la libertad de elegir incluso si uno es hombre o mujer. ¡Vamos, por favor! ¡Eso no resiste el menor análisis! ¡Es una barbaridad que atenta contra todo! Pero se mantienen en eso. Y respetamos mucho su criterio: pero no traten de imponerlo al resto, y no se lo impongan a los chicos, porque hay gente que está enseñado eso a nuestros jóvenes, y lo que sí les puedo decir es que académicamente son barbaridades que no resisten el menor análisis”.
“Verán que por lo que estoy diciendo voy a ser el carvernícola, que no estoy a la vanguardia del pensamiento civilizatorio…  A otros huesos, cuentos…  Todos luchamos por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero otra cosa son estos movimientos feministas fundamentalistas”, añadía el presidente.
Ideología que destruye la base de la sociedad; la familia
En este sentido, Correa continuaba: “Y les insisto: esa ideología, para mí, es peligrosísima. 

Les están enseñando a nuestros jóvenes en algunos colegios esa ideología de género, que básicamente dice que no hay hombre y mujer natural, que la naturaleza no determina el sexo, sino los condicionamientos sociales, y que para tener verdadera libertad yo debo liberarme de esos condicionamientos sociales y poder elegir mi género. 

Eso no resiste el menor análisis. Es pura y dura ideología, muchas veces para justificar el modo de vida de aquellos que generan esas ideologías; les respetamos como personas, pero no compartimos esas barbaridades que no soportan el menor análisis académico y que destruyen la base de la sociedad, que sigue siendo la familia convencional”.
No es cuestión de izquierdas ni de derechas, sino de moral
Ahora me llamarán conservador, que no soy de izquierdas: si uno dice esas cosas es que ya no es de izquierdas… Si uno no es proaborto ya no es de izquierdas… Eso no tiene nada que ver con derechas,  son barbaridades, son novelerías, son cuestiones morales. La ideología se construye sobre todo sobre cuestiones materiales, de producción etcétera”, afirmaba el mandatario ecuatoriano.
“¿Me van a decir conservador por creer en la familia? Pues creo en la familia, y creo que esta ideología de género, que estas novelerías, destruyen la familia convencional, que sigue siendo y creo que seguirá siendo la base de nuestra sociedad. ¡Que vivan las mujeres, que viva ese movimiento feminista por igualdad de derechos! ¡Pero atentos con esos extremos de que ya no hay hombres ni mujeres naturales, sino que son construcciones sociales”, concluía Correa.
Iras del lobby gay en redes sociales
Estas palabras del presidente Rafael Correa sobre la "ideología de género" han destatado de inmediato las furias del lobby gay en las redes sociales, como en Twitter, donde todo el pasado fin de semana los llamados grupos GLBTI (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexo) han reprochado y arremetido contra el discurso presidencial.Como Pamela Troya, quien junto a su pareja, Gabriela Correa, impulsa el mal llamado Matrimonio Civil Igualitario, no escuchó la sabatina del presidente, le bastaron las publicaciones en Twitter y los mensajes de WhatsApp de un colectivo a través del cual intercambian puntos de vista para reprochar que "el Presidente usó la terminología de fanáticos, como el grupo 14 Millones. La ideología de género es una invención de fundamentalistas". 
Se da el caso de que desde los grupos de presión homosexuales y feministas se trató de vender esta intervención de Correa como una contradicción  en el discurso del presidente de izquierdas, pues estas palabras las pronunciaba Correa cuando tan sólo unos días antes, el 13 de diciembre, se había reunido con ocho representantes del lobby LGBTI en Guayaquil, siendo  la primera vez que un presidente del país protagonizaba un encuentro semejante.  Ahí, Correa  expresó su compromiso de defender los derechos de las personas homosexuales. 

Pero una cosa es garantizar la no discriminación, que es un derecho de toda persona al margen de sus inclinaciones sexuales y a lo que se refería el presidente con compromisos como los de establecer una comisión para investigar asesinatos contra miembros del colectivo (hay quince contra personas transexuales) o revisar leyes para garantizar que no se discrimine a estas personas en materia de salud, educación o empleo, y otra pretender que el presidente se estuviera refiriendo a unos supuestos derechos que se inventan desde la ideología gay para marcar privilegios a este colectivo y una artificiosa reingeniería social, privilegios y no derechos y que no se ajustan a la justicia ni al bien común.
Fuente                                              C.FUENCISLA

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