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miércoles, 2 de octubre de 2013

DESHACER LA RUEDA



Humillan a las FF.AA obligándolas a asistir a actos separatistas

Es difícil saber a quién molesta más la asistencia de representantes de las FF.AA a actos de marcado carácter independentista, aunque teñidos de cariz institucional, si a los militares que acuden o a los políticos separatistas que los protagonizan.
Con todo, este aspecto resulta irrelevante si escondieramos la humillación a la que se ven sometidos los militares que por obligación de su cargo y siguiendo las instrucciones del Gobierno (directamente del Ministerio de Defensa o a través de su Delegación en Cataluña) acuden a actos de carácter separatista (todos los convocados por la Generalidad) en los que, en muchos casos, son recibidos con abierta hostilidad y, en el mejor de los casos, con absoluta indiferencia.
Tal vez el caso más representativo se produjera a finales de diciembre de 2012 en la toma de posesión de Artur Mas (con un discurso claramente inconstitucional) como presidente de la Generalidad, en la que la cúpula militar en Cataluña fue abucheada en la plaza de San Jaime de Barcelona por una parte del público allí congregado.
Actos de la Diada
En los últimos días, a raíz de la celebración del 11 de septiembre, altos cargos militares de Cataluña han asistido a algunos actos aparentemente institucionales, pero con una evidente e indisimulada carga de independentismo, como el pasado martes en el Parlamento catalán y en el Ayuntamiento de Lérida.
Como acto previo de la Diada, en la cámara catalana se entregó la medalla de oro de la institución. Al acto asistieron las autoridades de la Generalidad, encabezadas por el presidente Mas, además de numerosas personalidades, como el expresidente catalán Jordi Pujol y el nuevo inspector general del Ejército en Cataluña (el antiguo capitán general), el teniente general Ricardo Álvarez-Espejo, que ese mismo día por la mañana había tomado posesión de su cargo de máximo respresentante de las FFAA en lo que era la IV Región Militar.
En Lérida, el representante de las FFAA tuvo que aguantar el acto de exaltación patriótica catalana presidido por la consejera de Bienestar y Familia, Neus Munté, y el alcalde socialista de Lérida, el independentista Àngel Ros. Como se aprecia en la foto que ilustra esta información, el militar, completamente descolocado, es el único que no aplaude.
Es inconsecuente que quienes han jurado defender la unidad de la nación española y su integridad territorial se vean obligados a soportar palabras, discursos y gestos que van precisamente en sentido contrario y con un contenido inconstitucional, en este caso promoviendo desde la propia Generalidad la secesión de Cataluña. 
El Gobierno debería tomar nota de una y otra cosa.
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