Oh Juremos con Deuda morir!!!
La deuda…
es como una gran aspiradora que succiona los recursos generados por el
país, nacionales, regionales y provinciales, públicos y privados, que
nos empobrece colectiva e individualmente.
Cuidadosamente disimulada en su incidencia es el principal determinante de nuestra economía real,
responsable de los diferentes déficits públicos, del tipo de cambio, de
la inflación, del deterioro del salario real de trabajadores y
jubilados, de la pérdida de rentabilidad de las pequeñas y medianas
empresas, de los esquemas tributarios, injustos y discrecionales, del
colapso de nuestra infraestructura vial, ferroviaria y energética, del
deterioro de la educación y salud públicas, de los ignominiosos índices
de pobreza e indigencia.
La “prioridad” del gobierno es pagar para “honrar” la deuda “eterna”,”perpetua” e ilegitima, a costa del sacrificio de sus compatriotas, de un sacrificio sin futuro.
La deuda parasita y
destruye el esfuerzo nacional que sangra hacia afuera, hacia las arcas
del capitalismo financiero internacional e impide la acumulación del
ahorro nacional que financie las necesidades de un desarrollo nacional
autónomo y planificado.
La deuda es también la causa subyacente de la
corrupción de la democracia demo liberal y la descomposición de las
instituciones republicanas, porque cada vez más se necesita, concentrar
las decisiones en menos manos, de acuerdos cupulares y de una deriva
autoritaria, para seguir sosteniendo el “sistema de la deuda” que nos
impone la usura internacional y de un pueblo mal informado,
desinteresado de la política, para desalentar su participación y que
esta se reduzca solo a la emisión periódica de su voto que termina
convalidando decisiones tomadas a sus espaldas, lesivas a su propio
interés y el de la Nación.
Es por esto que la deuda está ausente en la agenda publica, se oculta y se miente, y entonces el problema adquiere ya dimensiones políticas, éticas y morales, no solo económicas.
La deuda externa es un instrumento de sujeción y
sometimiento que utiliza el capitalismo financiero internacional, entre
otras cosas para imponernos el modelo productivo hoy vigente en la Argentina sustentado en el “extractivismo” ( agricultura
química y el agro negocio, la megaminería a cielo abierto y la
extracción de petróleo y gas no convencional por “fractura”que primeriza nuestra economía y nos coloca en la situación de país proveedor de materias primas y productos primarios de los mercados globales.
La extracción desenfrenada de nuestros recursos naturales sin
considerar los enormes impactos negativos sociales y ambientales, está
destinada a producir una enorme rentabilidad que se apropian las
corporaciones transnacionales que operan este negocio y que
llamativamente son propiedad de los de los grupos financieros
acreedores, dejándole al país una parte para poder atender los servicios
de la deuda y con lo que sobra que cada vez es menos financiar el asistencialismo con el que tratan de contener la pobreza y la indigencia.
La
deuda es un “sistema” que supedita toda decisión estratégica al poder
del dinero y de la usura con la consiguiente pérdida de la soberanía
nacional, hace
inalcanzable la independencia económica porque impide la acumulación de
capital nacional e inviable e impracticable la justicia social.
La deuda
configura las nuevas formas de colonialismo en el siglo XXI que debemos
reconocer y entender para poder luchar por nuestra emancipación,
distinguiendo con claridad al enemigo principal: el capitalismo
financiero internacional, convertido hoy en un “azote” global de los
pueblos del mundo desde Islandia a Grecia pasando por Portugal, España,
Italia, Túnez, Egipto, etc. No somos los únicos afectados.
Dr. Antonio Merched Mitre
No hay comentarios:
Publicar un comentario