Casticismo, nacionalismo y vanguardia. Giménez Caballero. Antología, 1927-1935
Ernesto
Giménez Caballero (Madrid 1899-1988), “Gecé” para el mundo literario,
aparece ahora como un personaje relativamente lejano cuando aún no se
han cumplido veinte años de su muerte, aunque su definitivo eclipse
literario tuviese lugar en los años inmediatos a la muerte del general
Franco.
Las Memorias de un dictador (1979)
habrían marcado el final de una polifacética trayectoria literaria que
se había iniciado en los compases iniciales de la dictadura de Primo de
Rivera. Falangista de la primera hora, vegetó a la sombra del régimen
franquista sin otro beneficio político que una oscura embajada en
Paraguay donde pudo frecuentar a uno de los más arquetípicos dictadores
del siglo XX.
En los años finales del franquismo, según nos cuenta
José-Carlos Mainer en este libro, disfrutó de una efímera popularidad en
la que se incluía el interés del mundo académico por la tarea que,
desde “La Gaceta Literaria”, realizó en la vida cultural española
anterior a la guerra civil.
Se había dado a conocer, en 1923, con unas Notas marruecas de un soldado
en las que resonaba descaradamente la figura de Cadalso. Ese libro le
abrió las puertas de los cenáculos literarios madrileños, a la vez que
le permitía expresar sus críticas a la sociedad española a través del
escenario africano que se había convertido, después del desastre de
Annual de julio de 1921, en un foco de censuras que amenazaban la
estabilidad del sistema político de la Restauración. La amenaza no
tardaría en convertirse en realidad.
En septiembre de 1923 Primo de
Rivera daba fin a un experimento liberal incapaz de atender las demandas
sociales provocadas por la crisis intelectual de comienzos de siglo,
que se habían intensificado con la primera guerra mundial.
Desde
las páginas del diario madrileño “El Sol”, y de revistas como “La Gaceta
Literaria”, que inició su andadura a comienzos de 1927, Giménez
Caballero actuó como catalizador de todas las vanguardias literarias a
la vez que iniciaba una deriva hacia posiciones fascistas que no fueron
infrecuentes en el mundo literario, desde comienzos del siglo XX, como
han ilustrado bien los estudios de Sternhell.
Este escritor ha subrayado
el impacto que tuvo, en algunos ambientes literarios europeos, el culto
a la nación, el desprecio por el racionalismo y el universalismo, de
los que derivaban las ideas sobre los derechos del hombre, y el
desprecio por fórmulas políticas como la democracia, el liberalismo y el
marxismo.
Mainer, en el extenso y sutil prólogo que precede a
los textos de Giménez Caballero aquí seleccionados, se extiende sobre
las características del fascismo como cultura y sitúa la obra de “Gecé”
en el contexto político de una España que presenció, durante aquellos
años, el tránsito desde una fórmula de dictadura paternalista al ensayo
democrático de la II República, que abortaría prematuramente. Durante
esos años, escribe Mainer, “Gecé” trabajaría por “un proyecto de una
literatura nacional...[que] ...se pareció mucho al que, a fin de
cuentas, hubo”.
Los textos que conforman esta antología,
recogidos por la Fundación Santander Central Hispano en una colección
que lleva el ambicioso título de “Obra fundamental”, se publicaron entre
1924 y 1935.
Aparecieron en publicaciones decisivas en la vida
intelectual española como fueron, aparte de los títulos ya citados, la
“Revista de Occidente”, creada por Ortega, su maestro de los años
universitarios y mentor durante la década de los 20. Se incluye, además,
una selección de Arte y Estado, un texto de 1935 que se había
publicado previamente en la revista monárquica “Acción española” y
representa, a juicio de Mainer, “una de las últimas ocasiones en que la
argumentación de Giménez partió de su conocimiento cabal de la
modernidad”. El volumen nos devuelve, a través de unos textos escogidos
con buen criterio, una imagen muy sugestiva de la vida literaria
española durante una década crucial de nuestro pasado más reciente.
Fuente
elcultural.es
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