La "Nueva Derecha" nació en 1968. No es un movimiento político, sino una escuela de pensamiento. Sus actividades desde hace más de treinta años (publicación de libros y revistas, celebración de coloquios y conferencias, organización de seminarios y universidades de verano, etc.) se sitúan en una perspectiva eminentemente metapolítica.
No es la “Nueva Derecha” un fenómeno nuevo, ni desconocido en el ambito español. Resulta curioso la insistencia en esta terminología, nunca verdaderamente aceptada por de Benoist, Faye y otros autores en su misma corriente y que, describe mal el contenido y el estilo de lo que sin duda es un movimiento cultural. Porque, en efecto, la “Nueva Derecha” parte paradójicamente de un modelo estratégico situado a la izquierda: el discurso de Antonio Gramsci sobre la importancia del poder cultural y su combate en el seno de la Sociedad Civil. Además comparte muchas ideas con la izquierda. Asimismo, el interés de la “Nueva Derecha” no se orienta hacia la política de afanes cotidianos. Son muchos sus temas favoritos, a los que casi siempre incorporan sus propios criterios, pensados por ellos mismos. Y es en esto, precisamente, donde reside el mérito y el riesgo de la “Nueva Derecha”. Mientras que es imposible generalizar sobre sus contenidos ideologicos, por sus publicaciones y coloquios han desfilado cuestiones como: la causa de los pueblos, la sociedad de consumo, el cristianismo, la juventud, lo político, la condición femenina, el economicismo, el marxismo, el liberalismo, la hegemonia americana, el problema de la tecnica, la filosofía... Pero, sobre todo, nada destaca tanto en atención de este grupo como la contestación al igualitarismo y la cuestión europea. Estos son sus dos frentes preferidos. El primero, frente a la hipertrofia de la utopía principal del siglo XVIII y el segundo, en defensa de una identidad del pueblo europeo ante la colonización cultural angloamericana que padece. Ambos problemas, el del igualitarismo y el de Europa, llevan a la “Nueva Derecha” a plantearse una reflexión interna, que conduce hacia una conclusion inesperada y un tanto desconcertante: la culpa, es de la civilización cristiana y de la secularizacion de sus planteamientos metafisicos. De ahí el pretexto para que tal movimiento de ideas se autocalifique como “pagano”. No obstante, el paganismo de la “Nueva Derecha” no es de naturaleza religiosa, sino una argumentación filosófica.
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